"¡Casi aprendo japonés!"

Frank Rijkaard, técnico del Barça, concedió descanso ayer a los jugadores que arrasaron al América la noche del jueves, en la disputa de las semifinales del Mundial de clubs de la FIFA. Junto a los futbolistas que no participaron y los que lo hicieron desde el banquillo, como Ezquerro, Belletti o Xavi, solamente se dejaron ver Valdés, Gio, Gudjohnsen y Puyol, que comparecieron voluntariamente en el campo del Yokohama Marinos para una sesión preparatoria presidida por una novedad. Fue el regreso de Edmilson, al que una gastroenteritis mantuvo desde el martes encerrado en una habitación del piso 21 del Yokohama Landmark Tower, el mayor rascacielos de la ciudad portuaria, en el hotel donde instaló el cuartel general el Barcelona a su llegada a Japón. Respiró al fin el mediocentro, que pudo liberarse del encierro al que le sometieron los médicos del Barça. Dado que el origen del problema podía ser vírico y el riesgo de contagio era evidente, se prefirió su reclusión: "No podíamos asumir riesgos", explicaron.

Dado que el riesgo de contagio era evidente, se optó por la reclusión del jugador brasileño

"Estaba harto ¡Casi aprendo japonés!", exclamó Edmilson, que explicó: "Estaba tan aburrido que al final hasta veía los programas en japonés ¡y creo que los entendía!", bromeó ayer el jugador al referirse a su cautiverio, que le obligó a ver el partido contra el América por televisión, solo y encerrado en su cuarto. "Fue muy incómodo al principio, porque me pasé casi doce horas con vómitos y diarreas. Luego me encontré mejor, débil pero mejor. Los médicos creyeron oportuno que era preferible no salir para no tener contacto con otros compañeros así que allí me quedé", explicó ayer Edmilson, que no pudo acudir, consecuentemente, al campo donde ganó la final del Mundial 2002 para presenciar el partido que sus compañeros disputaron frente al América de México. "Fue un ejemplo de fuerza, técnica y táctica, pero ya ha pasado y no podemos confiarnos, porque el Internacional será un rival complicado en la final", avisó.

Edmilson, como el resto del equipo, ha recibido permiso del entrenador para no incorporarse a la concentración del equipo hasta hoy a la hora del almuerzo. Los jugadores lo aprovecharon, en su mayoría, para desplazarse a Tokio. A muchos se les pudo ver por los almacenes Soko del centro de Ikebukuro, a muchos en la selecta calle de Omotesando, en Harajuku y, ya por la noche, los jugadores que forman el núcleo catalán acudieron a cenar al restaurante de moda de la ciudad. "Es bueno que desconecten un rato, tiempo tendrán de volver a meterse en el partido", explicaron miembros del cuerpo técnico.

Un duelo para el que los jugadores brasileños, con Ronaldinho a la cabeza, están haciendo trabajo de zapa, lanzando continuamente mensajes avisando del potencial de Internacional: "Es un equipo duro, no va a ser fácil de superar. Sigue sin haber un favorito claro", ha dicho Ronaldinho. "Conozco bien al equipo del Internacional. Son una mezcla muy interesante de veteranía y juventud, de talento y de trabajo", ha explicado Silvinho. "Pese a traspasar a Sobis [ahora en el Betis] y a algún jugador más, no ha perdido potencial", avisó Deco. Edmilson insiste: "Es un rival complicado. Es necesario que mantengamos la humildad en el planteamiento del partido". Él, de momento, ha vuelto a ponerse en pie y abandonado la prisión en el Yokohama Landmark Tower.