Liberalización de farmacias

El modelo de farmacia del Mediterráneo que tenemos en España pondera por encima de intereses económicos las necesidades humanas de nuestra sociedad.

Este modelo nos permite tener una farmacia cerca de nuestra casa, incluso en pueblos pequeños y medios rurales, manteniendo el mismo precio por medicamento en cualquier farmacia y a cualquier hora del día. La oficina de farmacia es una entidad privada que ofrece un servicio público a través de un concierto con la Seguridad Social que permite que en cualquier rincón de España el paciente pueda tener su medicación, presentando una receta oficial, que sólo meses más tarde será retribuida al financiador, es decir, al farmacéutico.

La liberalización de nuestra farmacia destruye nuestro modelo, con lo que se centralizarán las oficinas de farmacia en zonas de mayor movimiento económico, desapareciendo las farmacias menos rentables. Desde hace unos años, están queriendo dinamitar el ejercicio de nuestra profesión, empobreciendo la oficina de farmacia trasladando competencias exclusivas de la farmacia a grandes superficies o supermercados -véanse las leches maternas, pañales y productos de parafarmacia entre otros-. Es una política de desgaste para hundir las farmacias menos favorecidas económicamente, pero que prestan igual servicio que las demás, y permitir la entrada de multinacionales como cadenas de farmacias.

Naturalmente, como profesionales del medicamento, vamos a seguir luchando para garantizarles nuestro servicio según nuestro modelo.