El ex dictador se encuentra tras el infarto en estado crítico pero estable

El ex dictador Augusto Pinochet ha tenido una evolución favorable del infarto que sufrió en la madrugada del domingo y no ha sufrido alteraciones después de la angioplastia a la que fue sometido, aunque continúa en condición de riesgo vital, según el parte médico de la mañana de ayer del hospital Militar, donde se encuentra internado. El jefe médico del centro de salud, Juan Ignacio Vergara, afirmó que Pinochet pasó estable la noche del domingo al lunes y, de seguir esta evolución favorable, permanecería internado entre 7 y 10 días más antes de ser dado de alta. La hija mayor del ex dictador, Lucía Pinochet, afirmó ayer que la recuperación de su padre es "casi un milagro".

Pinochet, que no ha perdido la conciencia ni necesitado de respiración artificial desde que ha estado internado, habló ayer con el cardenal arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, que se acercó hasta la unidad de cuidados intensivos coronarios, donde se encuentra con la compañía permanente de un médico. Después de llamar a los chilenos a orar por la recuperación de Pinochet, el cardenal contó que éste lo reconoció y que tenía capacidad de hablar algo. "Lo encontré mejor que las noticias que habíamos recibido", afirmó Errázuriz.

Salvo los parientes más cercanos, otros visitantes, como ex ministros de la dictadura, generales en retiro y algunos políticos de la derecha, no han podido visitar al ex dictador. Médicos cardiólogos consideran críticas las primeras horas después de la angioplastia de un paciente, en especial por la posibilidad de que aparezca un nuevo coágulo que obstruya la circulación, o el riesgo de infecciones. Pasado ese periodo, mejoran las expectativas.

Diabetes e hipertensión

El infarto que sufrió Pinochet ha sido el mayor problema de salud que ha enfrentado en su vida. La rapidez con la que fue trasladado desde su domicilio al hospital, en siete minutos en ambulancia, en cuanto tuvo los primeros síntomas de malestar, dificultades respiratorias y dolor estomacal, facilitó que sobreviviera a un infarto, pese a sus 91 años y a sus antecedentes de hipertensión, diabetes y problemas vasculares.

La angioplastia que se le practicó el domingo se concentró en la falla del músculo cardiaco, mientras le trataban con diuréticos el edema pulmonar por la acumulación de sangre en los pulmones, ocasionada por la insuficiencia cardiaca. Consistió en la introducción de un catéter con preforma, por la arteria femoral, hasta la entrada de las coronarias. Los esfuerzos de los médicos se han dirigido a evitar una cirugía de by-pass a corazón abierto. La angioplastia se practicó con anestesia local y partió con la observación con radioscopia y la aplicación de medios contrastantes para ubicar la obstrucción y determinar su tamaño. Como Pinochet tenía instalado un marcapasos, la observación fue más compleja. En la tarde del domingo, los médicos revisaron los resultados de la angioplastia y los evaluaron como exitosos.