Prosegur afronta la madurez con tecnología

Prosegur, que este año celebra su 30º aniversario, ha cambiado de imagen corporativa y de estrategia -quiere alejarse del cliché del segurata (vigilante de seguridad) y del vehículo blindado de transporte de fondos- y está apostando fuerte por la tecnología, los servicios integrados y la expansión internacional para sobrevivir en un sector maduro como el de la seguridad. Al margen del acierto o no de la nueva estrategia, sus títulos en Bolsa se han revalorizado más de un 25% este año impulsados por supuestas OPA que nunca se materializan.

Su expansión en 2006 se salda hasta ahora con el fracaso de su ambicioso desembarco -quería hacerse con el 55%- en el grupo mexicano Bissa

Prosegur ha firmado este mes un contrato con T-Systems, la división de servicios a grandes empresas de Deutsche Telekom, por un plazo de cinco años y un importe de 20 millones, para confiarle su gestión de sistemas y el soporte a sus puestos de trabajo y al centro de atención de usuarios. El grupo desarrolla actualmente, junto a técnicos de Telefónica, sistemas de protección contra incendio para la futura ciudad de las telecomunicaciones y ha diseñado esos mismos sistemas para la terminal T-4 del aeropuerto de Barajas.

"Queremos seguir apostando por el aspecto tecnológico e innovador e igual que se nos identifica claramente como proveedores de vigilancia, logística de valores y gestión de efectivo, deseamos que se nos identifique como claros proveedores de "tecnología de seguridad", aseguran fuentes de Prosegur. Dentro de estos "servicios de seguridad" figuran, según la empresa, los relativos a tratamiento de imagen, control de accesos, sistemas anti-intrusión, sistemas de interfonía y megafonía, protección contra incendios, centros de control, integración de sistemas y mantenimiento. "Buscamos ser proveedores integrales de seguridad" y diseñar "con y a medida del cliente" las soluciones.

A este objetivo se han dirigido buena parte de sus inversiones. Prosegur destina 50 millones anuales a innovación y ha adquirido diversas compañías tecnológicas (en 2005 compró seis empresas al grupo Nordés, especializado en tecnología de sistemas, con un desembolso de más de 50 millones). La compañía pretende duplicar en unos años el peso actual de un 5% del área de tecnología de seguridad en su negocio.

Prosegur, que inició su giro estratégico hace 27 meses a raíz del cambio en su dirección, está reordenando con compras y desinversiones su presencia en América Latina y Europa. En este periodo ha creado una sociedad con el grupo de capital riesgo GED para promover inversiones en Europa Suroriental y ha tomado el control de la rumana Dragon Star, se ha hecho con algunas de sus competidoras en España (CESS y ESC) y en América Latina, en 2005, se hizo con las compañías brasileñas Preserve Segurança e Transporte de Valores (desembolsó 30,5 millones de euros) y Transpev (21 millones) y vendió su filial boliviana.

Este año, que según fuentes de Prosegur se ha dedicado a consolidar la expansión, se salda hasta ahora con el fracaso de su ambicioso desembarco -quería hacerse con el 55%- en el grupo mexicano Bissa. Este fiasco, y la firma en julio de un crédito sindicado de 450 millones de euros para, según informó el grupo a la CNMV, "refinanciar su deuda y atender necesidades corporativas generales", ha dado pábulo a todo tipo de rumores sobre nuevas posibles compras del grupo y también sobre posibles OPA de otros grupos e inversores para hacerse con su control.

En cualquier caso, de producirse una oferta sobre Prosegur, debería ser amistosa dado el porcentaje de capital en manos de la familia fundadora y las participaciones de Corporación Financiera Alba (6%), Fidelity Management and Research Corporation (5%) y Lazard Frères & CO (5%).