Bórax

Juraría que las gafas de Isabel Coixet tenían el jueves algo bórico. Es cierto que me pudo influir, dos horas antes, la información de Gabilondo (Noticias Cuatro) sobre la juez que ha mandado matar (es un decir) al mensajero del fraude presuntamente cometido por los Tres Peritos, tan jaleados por sus corifeos como los Tres Tenores. El propio Gabilondo se dejó influir por la naturaleza esperpéntica de ese inagotable circo montado por unos cuantos, y dijo: "Las dos Españas siguen", añadiendo con la suave ironía gabilonda, "ahora especialmente en la judicatura". Su informativo se hizo después más ligero, incluso picante, al entrar en la campaña catalana; vimos la foto en bolas del candidato de Ciutadans, Albert Rivera, que tiene un punto (la mano puesta sobre la i genital), y se habló de la retirada de los condones que los jóvenes de la izquierda verde querían ponerle al PP para tirárselo sin riesgo de contagio.

Siempre me han gustado las gafas de Isabel Coixet, casi tanto como sus estupendas películas, pero las que llevó en Carta blanca (La 2) fueron especiales. Cuando entrevistó a la gran actriz Maria de Medeiros parecían blancas con patillas rosáceas; yo creo sin embargo que su color fue evolucionando después en un tornasol al fucsia y el anaranjado. Recordé las palabras de Gabilondo poco antes: el ácido bórico sirve para matar insectos y teñir el pelo. ¿Se teñía Isabel las gafas entre toma y toma? Lástima que en un programa basado en los fragmentos de películas, la mayoría de los invitados apenas se interesaran por el cine, obligando a Coixet a comentarlos; la cosa tuvo a ratos un aire de cine-fórum antiguo. Rodrigo Leao (autor de ese disco maravilloso que es Cinema) sólo se acordaba de Chaplin, y John Berger tampoco parecía muy al día, aunque sus comentarios eran siempre inteligentes. Me impresionó lo que dijo sobre su último libro, mencionado por Coixet. Andando por Lisboa, Berger pensó en su madre, o más bien sintió que su madre, muerta hace más de quince años, le pensaba a él, apoderándose de la sustancia de su escritura. ¿Notarán los muertos del 11-M en sus tumbas el bórax tóxico que unos desaprensivos les echan encima?