España e Italia unen posiciones sobre inmigración y energía

El presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, y su homólogo italiano, Romano Prodi, acordaron ayer presentar propuestas comunes sobre inmigración y energía al Consejo europeo que se reunirá el día 20 en Lahti, Finlandia. Según Prodi, se trata de coordinar las normas que regulan los flujos legales de inmigrantes y la lucha contra la inmigración irregular, especialmente reforzando la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex). También dijo que es preciso poner en común los recursos disponibles para el desarrollo de los países emisores de emigración.

Zapatero reiteró que "la implicación europea en este problema es imprescindible" y comentó que "se debate mucho si regularizar o no, cuando seguramente habría que preocuparse más por regularizar las expectativas de vida de muchos ciudadanos que viven en la desesperanza".

Por lo que se refiere a la energía, los dos líderes coincidieron en que "si Europa no hace una política energética común, se verá aplastada por los proveedores", según Prodi, que coincidió con Zapatero en que es prioritario preservar la "autonomía" de los países y evitar que caigan en manos de un suministrador energético único.

Italia está "muy satisfecha" con las inversiones de Endesa, y querría más cooperación energética con España, dijo también el presidente italiano, al término del encuentro celebrado en La Moncloa -el primero que realiza en esta segunda etapa como primer ministro-, para preparar el Consejo informal de Lahti y la cumbre hispano-italiana que se celebrará en Baleares en enero.

A nivel bilateral, Prodi destacó el intento en curso de fusión entre la empresa italiana Autostrade y la española Abertis, para decir que las condiciones de la fusión las deciden las empresas y que el Gobierno italiano no discrimina en absoluto a la empresa española, como, añadió, no se opuso en su día al intento del BBVA de hacerse con el control de la BNL.

En otro orden de cosas, Zapatero dijo que el G-8 le merece "un gran respeto", pero que no considera prioritario el ingreso de España en él, porque José María Aznar lo intentó y fracasó.