La experiencia mística

El diario EL PAÍS publicó de forma acrítica y a toda página el domingo 24 de septiembre de 2006 el sorprendente artículo "Cuando Dios pone en ebullición el cerebro", que, en mi opinión es un modelo de frivolidad científica. Un grupo de neurólogos canadienses se propone sin inhibiciones analizar el funcionamiento del cerebro durante una "experiencia mística". Textualmente analizar "la actividad cerebral de las monjas carmelitas mientras estaban subjetivamente en un estado de unión con Dios". Para ello monta el espectáculo inclasificable de someter a las pobres carmelitas -con el visto bueno de las autoridades locales eclesiásticas- a lo que los iluminados "neuroteólogos" canadienses consideran una "experiencia mística" en el laboratorio. Los resultados, al parecer, "han dado al traste" con mi hipótesis epiléptica de las crisis extáticas de Teresa de Jesús (se me cita en el artículo periodístico).

Pues bien, en nada se parecen esas experiencias con los éxtasis místicos, ni la religiosidad es una categoría biológica definida como puede ser el lenguaje y que pueda ser sometida a valoración cerebral, ni semejante esperpento "da al traste" con nada.

Por último, el texto entrecomillado con el que se inicia el artículo y que se atribuye a Teresa de Jesús jamás fue escrito por nuestra carmelita.