Israel, Líbano y Palestina
No se puede negar que la situación de Oriente Próximo encierra una profunda complejidad. Pero hay hechos, no opiniones ni versiones, que son incontrovertibles y que hacen difícil sostener un discurso como el de Andrés Spokoiny, en su carta Israel y la guerra del Líbano (EL PAÍS, 30-8-2006). ¿Cómo puede hacerse, si no es ignorando, que a la situación actual se ha llegado tras el incumplimiento sistemático por parte de Israel de una larga serie de resoluciones de la Organización de Naciones Unidas? (Por cierto, esto ha sido en ocasiones un motivo suficiente para que la comunidad internacional interviniese militarmente en otros países).
No hay espacio para enumerarlas todas, pero recordemos algunas de dichas resoluciones como la 181 (Asamblea General, 29-11-1947), que ya establecía condiciones territoriales para la creación de Israel y que dicho Estado no cumplió después de fundado; las 194 y 212-III (A. G., 19-11 y 11-12-1948) sobre refugiados palestinos, que no fueron atendidas; la 303 (A. G., 9-12-1949) sobre la capitalidad de Jerusalén; la 242 (Consejo de Seguridad, 22-11-1967) sobre territorios ocupados, etcétera.
Éstas son sólo algunas de casi una treintena que muestran cómo la actitud de Israel ha sido, desde antiguo y lo sigue siendo hoy, la de actuar al margen de las decisiones de la comunidad internacional constituida en la ONU, mucho antes por cierto de que Hezbolá existiera ni de que lanzase cohetes katiushas desde Líbano. Y que, por lo tanto, cualquier discurso sobre el conflicto de Oriente Próximo que hoy se construya ignorando esta realidad, que tiene absoluta vigencia en nuestros días, sólo puede hacerse desde el desconocimiento, desde la ceguera militante, o desde la mala fe.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Bruselas busca fórmulas ‘in extremis’ para salvar el acuerdo con Mercosur
Armenia y Azerbaiyán escenifican el acuerdo de paz de Trump con tímidos intercambios comerciales
Petardos ilegales y un autobús a un mercadillo polaco: la fiebre alemana por la pirotecnia prende en Nochevieja
Marian Pirozhok, el soldado que canta para que los ucranios descubran su identidad
Lo más visto
- La Audiencia Nacional avala la decisión de Robles de retirar el nombre de Franco a una bandera de la Legión
- La auditoría de los pagos del PSOE descarta la financiación irregular, pero cuestiona gastos reembolsados a Ábalos
- Villamanín se instala en el limbo tras la crisis de la lotería y a la espera de acordar qué hacer con el Gordo: de momento, no hay denuncias
- Bukele dice que le gustaría seguir gobernando en El Salvador “10 años más”
- Los ‘tickets’ que Ábalos pasó al PSOE: una comida para nueve en Navidad, “un menú” de 332 euros y cenas en distintos sitios a la misma hora




























































