La familia quería mayor castigo

"Esperábamos las penas máximas y no ha sido así. Consideramos que se trata de un asesinato y la juez lo ha considerado un homicidio". Núria Casellas, la madre de Josep Maria Isanta, no está de acuerdo con la resolución judicial, ya que entiende que había "motivos probados" para que los jóvenens que mataron a su hijo pasaran el máximo tiempo ingresados.

La consideración de asesinato habría aumentado un año la pena de internamiento en un centro para los menores, que están en libertad tras pasar seis meses recluidos en un centro.

Pero hay partes de la sentencia que sí están en sintonía con la petición de la familia, como la que considera que se trata de una autoría conjunta.

Josep Rota, presidente de la plataforma ciudadana de apoyo al entorno de Josep Maria Isanta, también cree que hubo ensañamiento. En su opinión, no es preocupante que la pena sea de tres o cuatro años o de siete u ocho, sino que se tenga en cuenta la tipología real que sancionar. Rota, como la familia, también aprueba la condena colectiva. Esta consideración en el caso de los menores puede ser tenida en cuenta por otro tribunal cuando se celebre el juicio de los 11 mayores de edad imputados, que aún no han sido juzgados.

El alcalde de Berga, Ramon Camps, entiende, en cambio, que se trata de "una sentencia adecuada" y ha dejado para los jueces la catalogación de los hechos como homicidio o asesinato. En opinión de Camps, también es importante "la consideración de autoría aditiva". El alcalde de Berga entiende que la resolución del proceso judicial y el cumplimiento de las penas establecidas por la juez contribuirán a tranquilizar a la población, que vivió muy alterada los hechos que tuvieron lugar la noche del viernes al sábado de la Patum del año pasado.