Ivete Sangalo

Dicen en Brasil que eres enorme y no sólo por tu altura, nada habitual en un mundo en el que las estrellas del pop son muñequitas enanas. ¿Dónde reside tu grandeza?

Supongo que está en tener a Dios en la cabeza y la música en el corazón.

Has colaborado con Javier Limón, responsable de lo último de El Cigala, Paco de Lucía, Calamaro…

He tenido mucha suerte con él. Ya conocía su trabajo como artista y productor y hemos acabado siendo amigos. Una noche, estaba grabando una guitarra el Niño Josele y me puse a llorar junto a Javier Limón. Ha sido una fi gura de imprescindible ayuda para este disco.

¿Cómo te preparas para la conquista de España, porque esto parece un desembarco en toda regla?

Me encanta España y que quiero conquistarla con mi verdad, con mi música.

Sé que te encanta la percusión y hasta te hemos oído que es imprescindible saber tocar bien los tambores para bailar.

La percusión es la fuerza del ritmo, lo que mueve todo lo que me propongo, es la fuerza que siempre me ha marcado.

Entre sacar discos o hacer conciertos, ¿por qué tenemos la seguridad de que te quedas con lo segundo?

El concierto es la realidad del sueño, la plasmación de lo que verdaderamente quieres hacer. Soy artista, pero creo más en la persona que se muestra en directo que en el mensaje del artista. Con la tecnología cualquiera puede ser artista. Nadie sabe qué es verdad o mentira.El directo es sinceridad, donde das lo que eres.

¿Qué se siente cuando Bono, de U2, dice que eres su cantante favorita?

Admiro mucho a Bono y le tengo mucho cariño, pero ha sido tan gentil que creo que ha exagerado. Su carrera duplica la mía y habla con autoridad. Me ruborizan sus palabras.