Enterrados dos de los fallecidos en el accidente de helicóptero de Murcia

Dos de los tres fallecidos en el accidente de helicóptero ocurrido el viernes en Murcia fueron enterrados ayer. El sepelio por José Riquelme (55 años), jefe de la torre de control de Almería, se ofició por la tarde en Alcantarilla (Murcia), al igual que el de Juan Hernández (61 años), propietario del aparato, en Aguadulce (Almería). Hoy a las 10.00 tendrá lugar en la localidad almeriense de Canjáyar el entierro de Cristóbal Ruiz (33 años), también empleado en el aeródromo andaluz y quien iba a celebrar su traslado a Madrid.

El empresario Juan Hernández, dedicado a la construcción de embarcaciones de recreo, pilotaba el aparato. Los tres se dirigían a la localidad de Bullas (Murcia) para comer con unos amigos y celebrar el inminente traslado de Cristóbal Ruiz, quien empezaba el miércoles a trabajar en Madrid. El aparato estaba a nombre de la empresa Cultivos Ecológicos del Andarax.

Ruiz se había encargado de unos nuevos vestuarios que Aena ha instalado en el aeropuerto para los trabajadores y ya había culminado el trabajo. El nexo de unión entre estos tres hombres venía, precisamente del aeródromo almeriense. "Juan [Hernández] visitaba con mucha frecuencia el aeropuerto, sobre todo antes de que sustituyeran los aviones de Madrid. Cuando estaban los grandes, raro era el vuelo en el que no venía alguna pieza para alguno de los barcos que fabricaba. Al cambiar el tamaño de los aviones dejaron de enviarle piezas porque ya no cabían", explica un trabajador.

José Riquelme, que era murciano de origen, llevaba más de 20 años en Almería. Entre sus compañeros de trabajo era conocido también por su afición a la música. Llegó a hacer los coros al cantante y pintor almeriense Antonio Torres.

Por otra parte, el capitán instructor Raúl Garzón Ruiz, de 31 años y natural de San Fernando (Cádiz), que falleció junto a un compañero en el F-5 que se estrelló también el viernes en la localidad pacense de Burguillos del Cerro, recibió a título póstumo la Cruz al Mérito Aeronáutico con distintivo amarillo. Los restos mortales del capitán gaditano serán incinerados en la capital pacense.