Un informe aconsejó a Blair eludir preguntas sobre los vuelos de la CIA

Él Ministerio británico de Asuntos Exteriores, el Foreign Office, recomendó a Tony Blair que se ciñera a las tesis de EE UU y evitara entrar en detalles en el Parlamento sobre el tráfico de prisioneros sospechosos de terrorismo llevado a cabo por EE UU, las llamadas "entregas" y "entregas especiales".

Un memorando elaborado por el Foreign Office el 7 de diciembre para el primer ministro británico, que ese día esperaba ser preguntado sobre el asunto en la Cámara de los Comunes, revela lo que parecen intentos por tapar el asunto o al menos restarle importancia. Pero también parece poner de manifiesto que el Gobierno británico -o al menos el funcionario que elaboró ese memorando- sabía muy poco acerca de esas prácticas.

El memorando, firmado por Irfan Siddiq, secretario privado del Foreign Office, distingue entre la "entrega", como "la transferencia de una persona desde una jurisdicción a otra, fuera del proceso normal", que "puede ser legal en ciertas circunstancias limitadas", y la "entrega especial", que se entiende que sí puede implicar tortura o trato cruel. El funcionario explica que se han dado dos casos de entregas acordadas por el Gobierno británico en 1998, pero no cita casos de "entregas especiales".