Gran Teatro

Con un hermoso Gran Teatro, una magnífica orquesta, que no tiene nada que envidiar a la Sinfónica de Londres, muchísimo talento entre los jóvenes músicos y actores cordobeses e incluso unos patrocinadores "de lujo", yo preguntaría a los responsables de la programación de dicho teatro, y refiriéndome sobre todo a la del primer trimestre de esta temporada 2005/06, por qué se insiste en mantener una política de continuismo, excesivamente "localista" y repetitiva, hasta en los mismos programas de nuestra orquesta. No entendemos, por ejemplo, por qué en el concierto del 22 de diciembre anunciado como "de Navidad" nuestro gran Coro de Cajasur no podría cantar los villancicos que unos días antes lo va a hacer en alguna iglesia de la capital.

La oferta operística ha brillado por su ausencia en estos primeros meses aunque, bien es verdad, se nos anuncia una nueva producción de La Bohème", pero ¡para el próximo mes de abril! Se agradece, pero no deja de ser más de lo mismo. Hemos visto dos Don Pasquale, tres Barbero de Sevilla y dos Orfeo en pocos años, no se nota ningún afán de innovar. Está claro que el tan ansiado nombramiento de Córdoba como Capital Cultural 2016 no puede depender tan sólo de cantautores, guitarras, copla y flamenco. Córdoba tiene que demostrar que mira al mundo, que está abierta a acoger a artistas, compañías de teatro y orquestas nacionales e internacionales, con creaciones desde las clásicas hasta las más vanguardistas. No sé qué problema puede haber pero me temo que los que mandan en esto estén demasiado pendientes de hacer méritos presentando un superávit, o incluso buscando obras y artistas de una misma línea "socializante" y, ya se sabe, la cultura, incluso la buena, no siempre es políticamente correcta.