Percepción personal

Agustín Vicente (Bilbao, 1970) se dio a conocer por la novela Musgo (2002), que ya fue reseñada en esta sección. Ahora publica en la editorial Hiria una novela con el sugestivo título de Dos inviernos.

La trama argumental se centra en la pareja formada por Míguel, químico en paro que acepta un trabajo como camarero para salir de una depresión que le llevó a una situación angustiosa, y Carola, profesora de Instituto. La relación de estas personas, la comunicación y la incomunicación de la pareja, la posibilidad de hacer daño a la otra persona y romper con la relación establece los límites argumentales de la narración que se desarrolla desde otoño a abril de un año impreciso, en los límites espaciales de una vida cuyo desarrollo es casi íntimo, que se describe en espacios interiores, excepto un paseo cerca del río.

La acción clave de la novela consiste en el embarazo de Carola que dará pie a la consideración de las comunicaciones entre los personajes de la trama. Si la trama puede reducirse a la vida cotidiana de Míguel y Carola, con sus altibajos y sus reacciones distintas, la técnica utilizada se revela como lo más interesante de la novela. En una primera parte los capítulos alternos conceden la voz a cada uno de los personajes principales; en la segunda parte cada uno de ellos focaliza doblemente una acción, es decir se nos cuenta dos veces la misma historia, y cada doble capítulo cambia, nuevamente de manera alternativa, la voz narradora. Una tercera parte de un único capítulo que rememora en la voz de Carola el sentido último de la novela. La fragilidad de los sentimientos en las relaciones personales. Mi duda reside en si la maquinaria técnica es suficiente para mantener el ritmo del interés de la novela.

Agustín Vicente: Dos inviernos. Hirira. San Sebastián. 129 páginas. 11 euros.