Un ejemplo vivo para los alumnos

Con todos los alumnos y los profesores del Ángel Ganivet como público, el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, impuso la medalla de oro al mérito en el trabajo a Lola la mañana del pasado miércoles. Durante su discurso, el ministro se dirigió a los estudiantes para decirles que la limpiadora que tantos años pasó entre ellos "es una de esas personas a las que hace falta seguir y hay que imitar porque permite conocer que, a través del trabajo, todos nos hacemos mejores".

El claustro de profesores decidió proponerla como candiadata a la distinción por su gran calidad humana, sencillez, discreción y continua disponibilidad. "Esto quiere decir que todos somos necesarios para el funcionamiento de la sociedad y que todos los trabajos son igual de honrados e importantes", dijo Caldera a los alumnos, a los que animó a "arrimar el hombro para hacer de la sociedad un espacio de solidaridad, libertad e igualdad" porque en los centros educativos "no caben las discriminaciones", sino que todos deben trabajar "sin tener en cuenta las diferencias de unos y otros, como por ejemplo, las económicas".

Para el ministro, los colegios e institutos deben ser lugares "donde el desarrollo personal no esté influido por el patrimonio familiar ni por las cuentas corrientes, sino por el esfuerzo de cada uno, porque esforzándose y trabajando se puede llegar a todo con independencia del lugar del que se proceda", añadió Caldera en referencia al proyecto de Ley Orgánica de la Educación (LOE), que limitará la potestad de los centros concertados (de titularidad privada pero financiados con fondos públicos) de seleccionar a sus alumnos.

¿Y qué pensó Lola cuando el ministro le dedicó esas palabras? "La verdad es que no pude pararme a hablar con él porque esto estaba lleno de radios y televisiones que no me dejaron en paz en toda la mañana", explica la trabajadora. A su vera su compañera Carmela apostilla con guasa: "No, si dentro de nada te vemos en Salsa Rosa".