Gracias, Iñaki

Aclaro antes de continuar que no soy mitómana de casi nadie ni nada. ¿Exagero, pues, si confieso que una de las razones de la satisfacción que sentí al prejubilarme era poder oír a Iñaki en Las mañanas de la SER? Porque decir Iñaki en casa y en mi entorno no requiere más aclaración. El único que se ha ganado que sea reconocido su nombre a secas. Cuando mi marido se va a trabajar desliza con suavidad el transistor en la cama y me dice quedamente: "Te dejo con Iñaki, no soy celoso".

Porque Iñaki es para muchos la compañía que buscamos en este mundo tan revuelto: información, sosiego, paz, afecto, sonrisa, normalidad, tolerancia... sobre todo, eso, tolerancia. En este país de exaltados, Iñaki es un oasis. Ayer, a partir de las 14.30 empezó a sonar el teléfono en casa y descubrí con alegría y nostalgia a partes iguales que mi sentimiento es compartido por mucha gente. Y como "el futuro es de los que arriesgan" en sus propias palabras, esperamos con ilusión verle, además de escucharle en su nuevo proyecto.

Gracias Iñaki porque sintamos la emoción de este momento y otros muchos. Has conseguido que amemos a otros muchos profesionales de esta cadena que también lo hacen muy bien. Gracias por esa mirada limpia. ¡Suerte y hasta la vista!