El Rey, el Príncipe y Zapatero rinden homenaje a los 17 militares muertos

El homenaje se inició con el descenso de los 17 féretros a hombros de miembros de la Fuerza de Acción Rápida, a la que pertenecían los fallecidos. Los féretros fueron colocados en catafalcos cubiertos con la bandera española. El Rey, el Príncipe y los militares presentes en el acto saludaron el paso de cada uno de ellos, mientras Zapatero y las autoridades civiles inclinaban la cabeza. El himno La muerte no es el final cerró el acto.

Antes de asistir a la llegada de los restos mortales, el Rey recibió en el palacio de la Zarzuela a Rodríguez Zapatero y al general Sanz Roldán, quienes durante la jornada se reunieron con las familias de las víctimas en las bases de Figueirido (Pontevedra), El Copero (Sevilla) y Colmenar Viejo (Madrid), en las que estaban destinadas las víctimas. El Rey también dialogó con los familiares en el aeródromo de Getafe mientras esperaban la llegada de los cuerpos.

Horas antes habían aterrizado en Torrejón de Ardoz, a bordo de un Airbus 330, la viuda del sargento Alfredo Francisco Joga, la también sargento Susana Pérez Torres, y la tripulación del segundo helicóptero, que tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia.

Antes de iniciar el viaje de regreso a España, de más de 15 horas de duración, Bono declaró que "los restos mortales de todos los militares han sido completamente identificados y de manera indubitada".

Sobre las causas del siniestro en Afganistán, un grupo de vecinos de la zona explicó que vieron caer al helicóptero en medio de fuertes vientos y una tormenta de arena.

"Ninguna bala, ningún misil", declaró uno de los testigos, Mir Ahmad.