"Se estaba autolesionando contra el suelo"

El guardia A. G. R. iba en moto cuando recibió una llamada del cuartel para regresar. Al llegar se encontró a varios compañeros "intentando reducir" a una persona, que estaba boca arriba y con las esposas puestas "por delante por encima de la cabeza", según declaró el lunes ante la juez que investiga el caso, Estefanía López Muñoz.

El guardia sostiene que el detenido estaba "pataleando, intentando morder", daba "manotazos y cabezazos" y "se estaba autolesionando contra el suelo".

Según su testimonio, el agente permaneció allí poco tiempo porque el teniente le ordenó que fuera al centro de salud para buscar al médico. A ese centro llegaron poco después dos compañeros heridos en el forcejeo con Juan Martínez Galdeano.

De vuelta del ambulatorio, encontró que "ya estaba controlada" esa persona, boca abajo. Un guardia a los pies, con un lazo de un solo uso; otro guardia en la parte izquierda; un tercer agente en las muñecas "que las tenía en alto" y no recordó si estaban alrededor del cuerpo el teniente y el alumno.

A. G. R sustituyó al guardia que le sujetaba las manos después de coger los guantes que se habían puesto porque había sangre, como manda "el protocolo". Mientras le agarró las manos, Juan Martínez Galdeano se movía y "hacía resistencia".

Le vio la cara con sangre: "Tenía los ojos abiertos, aún estaba vivo". Le mantuvieron inmovilizado porque podía lesionar a los demás o a sí mismo, hasta que alguien dijo que había "desistido de su fuerza".