El Gobierno regional restaurará de nuevo la Capilla del Obispo

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó ayer la convocatoria de un concurso abierto para la restauración, por más de 2,6 millones de euros, de la Capilla del Obispo, en la plaza de la Paja (Centro). Con la nave de la iglesia de San Jerónimo el Real, la capilla de Gutierre de Vargas Carvajal es vestigio casi único del gótico tardío en la ciudad de Madrid. Data de 1520 y fue declarada monumento histórico en 1931.

La restauración incluirá la sala capitular del conjunto monumental que forman la capilla y la iglesia de San Andrés -cuyo atrio será, asimismo, rehabilitado-, además de dependencias anexas. Para ello, el máximo órgano rector de la Comunidad de Madrid, en su última reunión previa a las vacaciones veraniegas, decidió asignar a este cometido una dotación trianual de 2.642.478 euros a partir de este año, en que se destinarán 350.000 euros a cargo del presupuesto, 1.528.319 euros el año 2006, y el resto, 764.159, con cargo a las partidas presupuestarias de 2007. Las obras durarán 24 meses y buscan la apertura al público de este recinto, hoy desacralizado, que permaneció 40 años cerrado y fue propiedad de la Casa Ducal de Alba, que lo cedió primero a un círculo de obreros católicos, y en 1980, al arzobispado. A juicio de expertos en restauración, la actuación ahora anunciada -la cuarta desde 1978- será enjundiosa. En marzo de 2000, durante una exposición fotográfica dedicada a la escultura La Piedad, de Miguel Ángel, celebrada en el interior de la Capilla del Obispo, la afluencia de público puso de relieve la inseguridad del templo para la recepción de visitas masivas, dada la delicadeza estructural del maderamen de su entablamento. Ello causó entonces temor entre las autoridades culturales madrileñas. La capilla había permanecido cerrada 40 años.

Otra limitación del conjunto monumental es su fragmentada compartimentación espacial, derivada de la contigüidad de la capilla y la iglesia parroquial de San Andrés, con diferente fuero eclesiástico a lo largo de siglos y algunas rivalidades por haber albergado, consecutiva y alternativamente, el cuerpo de san Isidro.

Fuentes municipales acarician la idea de integrar la capilla en el Museo Municipal de San Isidro, pared con pared de aquélla.