Una historia de huidas, 'crack' e islam se mezcla en el terrorista jamaicano
Lindsay Germaine, ciudadano británico de origen jamaicano afincado en Aylesbury, a 64 kilómetros al noroeste de Londres, era una figura contradictoria para sus vecinos. Identificado el jueves por la policía como el terrorista que llevó a la muerte a 25 personas en la estación de King's Cross, era conocido por conducir velozmente su Fiat y poner música a gran volumen a altas horas de la noche.
Germaine, culturista que trabajaba como instalador de moquetas, cambió su nombre por el de Jermal al convertirse al islam hace cuatro años. Vivía con su mujer, Samantha, de 22 años, una estudiante blanca de nacionalidad británica que se convirtió hace 18 meses a la religión de su marido.
Tony Lewthwait, primo de la joven, asegura que no ha vuelto a saber nada de ella. La pareja tenía un hijo de un año, Abdulla, y esperaba el nacimiento de otro bebé.
"[Germaine] solía jugar con los niños en la mezquita y parecía tener un carácter muy dulce", asegura Abed Shad, un arquitecto de 27 años que suele acudir a la Gran Mezquita de Leeds. A pocos metros de ésta vive Geoff Thompson, quien asegura ahora que Germaine ocultaba algo: "Entraba y salía a horas intempestivas y siempre parecía estar escondiéndose".
Jermal era un hombre devoto con un acento londinense. Así le recuerda uno de sus compañeros de la Universidad de Leeds, donde estudiaba árabe. Este compañero afirma que Germaine visitaba la casa de Alexandra Grove con regularidad. Otro vecino resumía ayer todas estas contradicciones en The Independent: "Le vi hace una semana y media. Me dijo que estaba vendiendo crack y heroína, pero no sé si es verdad. Estaba muy metido en la religión; eso, lo sé. Pero era un tipo majo. No puedo creer que esté implicado en esto".

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