Las adivinas tienen sus derechos

Las adivinas son trabajadoras y tienen sus mismos derechos. Y esos derechos se logran también a base de sentencias judiciales que marcan hitos, como ésta que publicaba José Miguel Pérez Bernard en El Periódico de Aragón. La Audiencia de Huesca ha condenado a una compañía de seguros a indemnizar a una mujer con 71.842 euros a causa de la incapacidad laboral que le produjo un accidente de tráfico. La mujer, Fátima, era adivina. Todo comenzó cuando en el año 2001 la demandante sufrió un accidente de tráfico en la localidad oscense de Fraga. La mujer aparentemente resultó ilesa según el informe forense. Al cabo de un tiempo se le diagnosticó como secuela un "síndrome depresivo postraumático e incapacidad permanente total". En estas circunstancias no podía ejercer su oficio, y así lo entendió la juez de Fraga que estimó las alegaciones de la abogada de la demandante, Patricia Oliveros, por considerar que "al margen de la existencia y la definición científica de la profesión de adivinadora, los peritos destacan la imposibilidad de la afectada para realizar aquellas tareas en las que se requiera de integridad cognoscitiva, concentración, pensamiento y memorización". Por supuesto, Fátima no ha podido ejercer su profesión. La compañía de seguros recurrió el fallo y ahora la Audiencia ratifica esa sentencia porque, dice el tribunal, no aprecia "error alguno cuando la juzgadora de primera instancia declara como probada la actividad profesional a la que se dedicaba" Fátima.-