El Gobierno organiza una tómbola contra la abstención

Algunos jóvenes búlgaros irán a votar en las elecciones generales de hoy no porque consideren que son cruciales para la entrada de su país en la Unión Europea o para mostrar su apoyo o desacuerdo con el Gobierno: acudirán a las urnas ante la posibilidad de ganar relojes, ordenadores, teléfonos móviles e incluso un coche. En una iniciativa para combatir la abstención, que puede alcanzar el 40%, según el Gobierno, y para lograr votos, según la oposición, el Ejecutivo de Simeón II ha dedicado cuatro millones de levas (dos millones de euros) a una tómbola electoral.

Para concursar, después de pasar por el colegio electoral, hay que enviar un mensaje de móvil con el número de votante registrado y el de la mesa. La Comisión Electoral central aseguró que la iniciativa era legal, aunque la necesidad de engatusar a los votantes con regalos en un momento tan importante para Bulgaria demuestra una decepción ante la política que tiene una cara mucho menos festiva en el partido Ataka (Ataque) que, en torno a un mensaje xenófobo, ha reunido a elementos de la ultraderecha y la extrema izquierda y puede hacerse con el voto más radical.

El sociólogo Alexander Stoyanov se mostraba perplejo ante el rápido crecimiento de Ataka -un movimiento creado de la nada hace menos de un año- y aseguraba que, en caso de que logre superar el 4% necesario para entrar en el Parlamento, "puede convertirse en la sorpresa de las elecciones". "Algunos expertos creen que alcanzará el 7%, un porcentaje que le convertiría en una fuerza importante en el Parlamento", añade. El lema de Ataka es Bulgaria para los búlgaros, su discurso está lleno de ataques contra los inmigrantes y las minorías gitanas y turcas, y su dirigente es un oscuro periodista de televisión, Volen Siderov, que aparece en los carteles electorales cogiéndose su chaqueta de cuero por las solapas con una mirada desafiante.