Mueren 13 policías en un atentado con coche bomba en el Kurdistán iraquí

Los ataques de la insurgencia llegaron ayer al norte de Irak, en la zona controlada por los kurdos, donde los atentados son mucho menos frecuentes que en el resto del país. En Erbil, capital del Kurdistán iraquí, unos 350 kilómetros al norte de Bagdad, un atentado con coche bomba causó la muerte de 13 policías e hirió a más de 100 personas en un centro de reclutamiento de la policía.

Según las fuentes, un kamikaze que llevaba un uniforme de policía entró en el centro al volante de un coche y se acercó a la zona de deporte donde se entrenaban unas reclutas. Las fuerzas de vigilancia dispararon contra el vehículo, pero no pudieron detenerlo. "En el momento de la explosión, cerca de 200 personas se encontraban en las instalaciones", explicaron fuentes militares.

Pocas horas después, una emboscada de la insurgencia contra militares de EE UU en Al Bayá, un barrio de Bagdad, causó la muerte de cinco policías iraquíes. Iban a rescatar a las fuerzas estadounidenses cuando explotó un coche bomba. Las fuerzas iraquíes consiguieron pacificar la zona y detener a 11 insurgentes.

Por otra parte, el grupo radical Ejército de los Seguidores de la Suna se atribuyeron ayer en un comunicado emitido por la cadena de televisión Al Yazira el asesinato de un contratista japonés y de sus seis guardaespaldas.