Ourense, mucho más que fuego

Quisiera hacer alguna reflexión sobre el reportaje La provincia incendiada (EL PAÍS, 14/6/05). Además de expresar la tristeza e indignación que me produce, como gallego, la imagen empobrecida y sesgada que se transmite sistemáticamente de Ourense y de Galicia, debo, como director general de Montes, puntualizar varios datos. Y debo aprovechar aquí el espacio que la autora de la información me negó, ya que, después de hablar conmigo más de 30 minutos, sólo ha recogido una frase de nuestra conversación. Quizá la voz de la Xunta no interese en este tema ni en este momento.

Frente a sensaciones e interpretaciones periodísticas hay una realidad. El número de fuegos registra una clara tendencia a la disminución en Galicia desde hace ya 10 años y la superficie arbolada está en continuo crecimiento, como indica el último Inventario Forestal Nacional del Ministerio de Medio Ambiente. Ourense es la segunda provincia gallega donde más crece la superficie arbolada y el bosque autóctono (61% y el 75%, respectivamente, entre inventarios) y está entre las primeras, si no la primera, del Estado en certificación forestal, con 41.262 hectáreas certificadas, lo que prueba la sostenibilidad de sus montes. No son sensaciones ni interpretaciones. Son datos que provienen, además, de entidades ajenas a la Xunta.

Quiero destacar también que la Xunta no toma "medidas in extremis" ni hace "últimos intentos" para frenar incendios. Todas las iniciativas puestas en marcha son fruto de una profunda y continua labor de análisis que responde a realidades concretas y se consensúan con todos los representantes del sector forestal. Tampoco es cierto que la Xunta dedique "70 millones de euros a apagar fuegos". El presupuesto total de la Dirección Xeral de Montes ronda los 80 millones, de los que tres cuartas partes se dedican a prevención y gestión del monte y una cuarta parte directamente a extinción.

Aprovecho también para invitar a los lectores de EL PAÍS a que visiten Ourense y conozcan el rico patrimonio artístico, cultural y, especialmente, ambiental que caracteriza a esta provincia, donde, por cierto, el 66% de los fuegos son pequeños conatos (inferiores a una hectárea), no incendios.