Pasqual enseñará dirección teatral a 10 personas

Los responsables de BAT, Bilbao Arriaga Teatroa, arrojaron ayer más luz sobre el proyecto surgido en el coliseo bilbaíno y dedicado a la producción teatral y a la formación de profesionales de las artes escénicas. El inicio de la actividad está previsto para noviembre y ya se está en disposición de concretar qué ocupará este programa, diseñado y dirigido por Lluís Pasqual con intención de "cumplir el viejo sueño de unir creación y pedagogía". La primera inquietud quedará cubierta con la producción de dos obras de Shakespeare, y el ánimo de formación con un "pionero" curso de dirección escénica.

"No hay ningún sitio donde ir a aprender dirección teatral, ningún postgraduado. Hemos ido a lo más desasistido del teatro", justifica Pasqual, contratado por el Arriaga como asesor artístico. En el curso tomarán parte 10 personas, escogidas en un proceso de selección cuyo plazo de preinscripción está abierto hasta el próximo 3 de julio. Durante cuatro meses, los elegidos participarán en el proceso de creación de los dos espectáculos, asistirán a cursos de mecánica escénica e iluminación, y realizarán prácticas en secciones como maquinaria, electricidad o sastrería.

BAT ultima contrataciones, y detalles presupuestarios y de reparto, de cara a poner en escena Hamlet y La tempestad. Ambas se cocerán en un local del colegio La Merced, "la cocina" de BAT, y serán coproducciones. Teatro Español de Madrid, Teatres de la Generalitat Valenciana, y Teatre Lliure y Festival Grec, de Barcelona, son colaboradores económicos y artísticos. En ellos se podrá ver los montajes tras su estreno en el Arriaga, en febrero de 2006, y su paso por el Festival Latinoamericano de Teatro de Bogotá.

Para acometer los dos trabajos se cuenta con 25 actores y un músico, y la elección de las obras no es casual, sino fruto de "observar el terreno", dice Pasqual. "Una de las cuestiones del País Vasco es la violencia armada. Y Shakespeare nos da en Hamlet y La tempestad dos grandes metáforas de la violencia que se complementan, dos opciones extremas y vitales. Hamlet se autoinmola, como un kamikaze. Y Próspero prefiere la serenidad, la cordura y apelar a otro tipo de lenguaje", indica Pasqual.