Rajoy rechaza la cumbre como foro para discutir el plan catalán

Mariano Rajoy, líder del PP, rechazó ayer que la Conferencia de Presidentes sea el foro adecuado para discutir la propuesta de nueva financiación para Cataluña que el Gobierno tripartito quiere incluir en su nuevo Estatuto de autonomía. En opinión de Rajoy, "es una grave irresponsabilidad" que el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, "se esconda tras los presidentes autonómicos" para "intentar ocultar que está prisionero de los acontecimientos que él mismo ha generado por los pactos a los que ha llegado" con ERC en Cataluña y en Madrid. Rajoy mantuvo que "la Conferencia de Presidentes no está para que éstos discutan o se peleen entre ellos, o para que el presidente del Gobierno se escude en ellos para no tomar las decisiones que le competen".

En todo caso, Rajoy tildó la propuesta de nueva financiación del tripartito catalán de "torpedo en la línea de flotación de la capacidad económica de la Administración del Estado", dentro de "la espiral del disparate en la que está prisionero Zapatero desde que abrió el melón constitucional". Aseguró que la propuesta "rompe los principios de igualdad de todos los españoles, vivan donde vivan, al pagar impuestos y recibir servicios públicos". Y acaba también con el "principio de solidaridad entre regiones", pues ésta debe "pactarse entre todos" y no ser el resultado de una cesión graciosa de una autonomía hacia el resto. Esto último, según el PP, sería "pasar de la solidaridad entre iguales a la caridad de los ricos con los pobres".

Pleno extraordinario

El presidente de los populares reclamó que antes de entrar en el debate del plan de financiación propuesto por el tripartito para su nuevo Estatuto, el Congreso de los Diputados marque "en un Pleno extraordinario los límites" que deben cumplir las reformas de los Estatutos. Esos límites son los siguientes: atenerse a la Constitución y no intentar reformarla "por la puerta de atrás"; respetar los principios de "solidaridad" entre regiones y de "igualdad" de todos los españoles vivan donde vivan, y acordar que ninguna reforma de la "arquitectura institucional" de España se haga sin el acuerdo de los dos grandes partidos. Esto último se traduce en la petición que Rajoy hizo a Zapatero en enero en La Moncloa de que sea necesario el respaldo de dos tercios del Congreso de los Diputados para aprobar cualquier reforma estatutaria.

Rajoy llevará al debate del estado de la nación una propuesta de resolución para que se celebre un debate monográfico en el Congreso sobre estos temas. El líder popular opinó que "la vigencia del Estado de las autonomías, tal como quedó recogido en la Constitución de 1978, corre un serio peligro". Y se quejó del "espectáculo" que, según él, dan los ministros del Gobierno al discrepar públicamente sobre este asunto.