La luz empieza a verse en los túneles del tren veloz a Valladolid

La luz comienza a verse en los túneles de Guadarrama, una obra de ingeniería concebida por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) como la piedra angular de la futura línea ferroviaria de alta velocidad Madrid-Segovia-Valladolid y la más importante de las que se están llevando a cabo no sólo en España, sino en el extranjero, tanto por su envergadura como por la técnica con la que está siendo realizado.

El ADIF -organismo público adscrito al Ministerio de Fomento- no quiere aventurar fechas por si surgen imprevistos. A las dos tuneladoras que han atacado la montaña desde el lado de Madrid les quedan pocos días para llegar a la zona ya perforada por la parte de Segovia. Ya han sido demontadas las máquinas, que han sido sacadas al exterior en una operación que concluyó a finales de la semana pasada. Para transportar la pieza más pesada, de 140 toneladas, desde el frontal de la excavación -a más de 14 kilómetros en el interior del túnel- los operarios emplearon 48 horas para colocarla en la plataforma exterior que forma la boca norte de ambos túneles.

Cada tuneladora, diseñada especialmente para esta obra, ha costado 31,25 millones de euros. El diámetro de excavación se sitúa en nueve metros y medio que, una vez recubierto por el anillo de dovelas de 32 centímetros de espesor, se queda reducido a 8,5 metros. Además de perforar el boquete en la roca mediante una cabeza giratoria de 61 cuchillas, la tuneladora saca los escombros e instala al mismo tiempo las dovelas de hormigón que forman la estructura.

Cuatro máquinas

Las cuatro máquinas -dos por cada lado- comenzaron su trabajo entre septiembre de 2002 y enero de 2003, para ejecutar dos túneles gemelos de 28,377 kilómetros de longitud y comunicados entre sí, con una separación entre ejes de 30 metros, conectados entre sí por galerías de emergencia. La obra tiene un presupuesto de 1.128 millones de euros, lo que supone la mayor parte de los 1.861 millones del coste total del trazado, financiado con fondos de la Unión Europea. Cada día se han construido 16 metros de cada túnel, si bien se han llegado a alcanzar cerca de los 1.000 metros excavados en un mes.

Antes del próximo verano, la estructura quedará dispuesta para la colocación y la electrificación de las vías, sin que la conocida como falla de La Umbría, en el lado madrileño, haya supuesto especiales complicaciones, lo que será celebrado en un acto que prepara el Ministerio de Fomento.

No obstante, el Ministerio de Fomento, que dirige la socialista Magdalena Álvarez, ha mantenido mucho hermetismo sobre los avances que se iban registrando en esta obra, pese a su envergadura, en contraposición con la política que seguía su antecesor, Francisco Álvarez-Cascos, del PP, "que sembró España de traviesas" sin definir la forma de dar continuidad a las obras, según fuentes próximas al Ejecutivo. María Teresa Fernández de la Vega, la actual vicepresidenta primera del Gobierno y entonces diputada por Segovia, se negó a acudir a un acto presidido por José María Aznar en 2002, argumentando que los socialistas no querían ser "comparsas" de nuevas celebraciones por cada traviesa colocada. Además, según aseguraron las mismas, Fernández de la Vega entendía que con el dinero que se gastaba en ágapes y besamanos que se celebraban "a mayor gloria" del Gobierno del PP, muchos pequeños municipios segovianos podrían ver solucionadas algunas de sus carencias de infraestructuras fundamentales.