Secuestrado en Irak un civil estadounidense

Un ciudadano estadounidense fue secuestrado ayer en Irak, según anunció la Embajada de EE UU en el país árabe. El rehén trabajaba en un proyecto de reconstrucción. Simultáneamente, tres ciudadanos iraquíes murieron y otros 26 resultaron heridos por la explosión de un coche bomba en la ciudad de Samarra, al noroeste de Bagdad, la capital. En el ámbito político, la formación del Gobierno iraquí ha entrado en su fase más activa.

Pocos detalles se conocían anoche acerca del secuestro. La Embajada de Estados Unidos no facilitó el nombre de la víctima, si bien su familia ya ha sido informada. Sí se sabe que los captores se lo llevaron a mediodía de las obras de reconstrucción en las que trabajaba, cerca de Bagdad.

Otro secuestro que permanece sin aclarar es el de los tres periodistas rumanos que desaparecieron hace dos semanas. Una portavoz de la Presidencia de Rumanía aseguró ayer que los tres están vivos y que se está trabajando con otros países para lograr su pronta liberación. Las autoridades rumanas, sin embargo, no aportaron detalles sobre el destino del guía que los acompañaba, un oscuro empresario de origen iraquí. El Gobierno rumano está convencido de que el móvil del secuestro es estrictamente económico.

Otros brotes de violencia salpicaron la jornada de ayer en Irak. En Samarra, un coche bomba mató a tres iraquíes e hirió a otros 26. Según varios testigos, una camioneta cargada de explosivos estalló al paso de un convoy estadounidense, junto a una tienda repleta de personas. En Mosul, al norte del país, un grupo de pistoleros asesinó a un concejal de la provincia.

Entre tanto, la formación del Gobierno iraquí se ha acelerado después de que el primer ministro saliente, Ayad Alaui, aceptara incorporarse al nuevo gabinete. El vicepresidente de Irak, el suní Gazi Al Yauar, mostró ayer su confianza en que las negociaciones hayan concluido antes del próximo fin de semana.

Los avances políticos y los progresos registrados en el combate a la insurgencia y en la formación de las fuerzas de seguridad locales están llevando a las autoridades estadounidenses a plantearse un recorte significativo de las tropas para principios de 2006, según informaba ayer The New York Times.