Bruselas ayudará al textil si China eleva más de un 10% sus ventas en la UE

La Comisión Europea fijó ayer los parámetros para acudir en socorro del sector textil europeo en caso de que la avalancha de productos de China se convierta en una amenaza para la industria y sus trabajadores. Bruselas intervendrá cuando haya variaciones de entre el 10% y el 100%, según los productos, de un año a otro. Peter Mandelson, comisario de Comercio de la UE, negó que se tratara de proteccionismo. "No hay que confundir protección con proteccionismo", dijo. "Lo que hay que hacer es actuar rápido en el marco de la Organización Mundial de Comercio para evitar perturbaciones".

Desde que en enero desapareció el régimen de cuotas que ha venido limitando durante 40 años las importaciones de productos de confección, el mercado europeo se ha visto inundado de textiles de China, cuya potencia supone, además, una amenaza para los productores de países más débiles. Para los consumidores, en cambio, ha sido positivo, con notables caídas de precios. El comisario de Comercio señaló que algunas proyecciones apuntan a que las importaciones comunitarias de textiles chinos, que ahora suponen el 20% del total mundial, llegarán al 50% dentro de cinco años. La patronal europea del sector ha ofrecido cifras alarmistas de estos primeros meses sin cuotas y ha pedido ayuda.

Mandelson se ha venido negando a intervenir -dijo que todavía es demasiado pronto y que aún faltan datos fiables-, pero ayer presentó la estrategia a seguir en caso de que se haga imprescindible actuar. El comisario subrayó que se trataba de un plan de último recurso que no se adoptará a la ligera y también que era algo previsto en el protocolo de acceso de China a la OMC en 2001.

La Comisión fijó un cuadro con los topes que en caso de sobrepasarse desencadenarán la acción. Van del 10% al 100% en incremento del volumen de las importaciones, aunque el 100% sólo es para 2005 con respecto a 2004; en años sucesivos será del 50%. Una vez producida la alerta o recibida una denuncia, la Comisión abrirá una investigación y emprenderá negociaciones informales con las autoridades chinas para que reduzcan las exportaciones. Transcurridos 60 días, y si no hay satisfacción, Bruselas requerirá la apertura de negociaciones formales con Pekín, que al cabo de 15 días deberá, conforme a la pactado con la OMC, aplicar medidas de contención.