Zapatero defiende la autonomía de Marín y pide a los grupos que pacten el uso responsable de las lenguas

Las lenguas no deben utilizarse para enfrentarse sino para entenderse. Con esta máxima el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, emplazó ayer a todos los grupos parlamentarios, "sobre todo a Esquerra Republicana de Cataluña" a que busquen un acuerdo sobre "el uso de las lenguas [cooficiales] en el Congreso". Este asunto ha provocado una fuerte tensión entre la dirección del Grupo Socialista y el presidente de la Cámara baja, Manuel Marín, que ayer pidió "a todos los grupos que salgan del escondite". Con esto quería decir que él sólo hará una resolución sobre el uso de las lenguas cooficiales si se la dan redactada los grupos.

En este conflicto medió ayer el presidente del Gobierno, consciente de la gravedad del enfrentamiento, que por la mañana conversó telefónicamente con Marín para conocer su punto de vista y anunciarle que iba a pedir a los grupos que hicieran su trabajo.

Zapatero aseguró que el Grupo Socialista actuará con dos principios: "Flexibilidad y responsabilidad", y eso mismo pidió al resto de formaciones. El acuerdo podría conseguirse hoy cuando se reúna la ponencia que estudia la reforma del Reglamento de la Cámara baja, que presidirá la vicepresidenta primera del Congreso, Carme Chacón.

El conflicto del uso del catalán, euskera y gallego en el Congreso, sobre todo con el primero, llegó ayer al Pleno del Congreso de la mano del portavoz del PNV, Josu Erkoreka, y de Joan Puigcercós, de ERC, que pidieron a Zapatero su intervención para que estas lenguas cooficiales se puedan utilizar y que para ello convenciera a Marín de que reconsiderase su decisión de prohibirlo, después de que los diputados de ERC se excedieran durante varios días del pacto no escrito de utilizar esa lengua de manera testimonial. Zapatero recordó "la autonomía" del presidente del Congreso y recordó que nunca nadie había defendido como el Gobierno socialista el reconocimiento de las lenguas oficiales, tanto aquí como en las instituciones europeas. Además había un acuerdo del PP y del PSOE, expresado en la Junta de Portavoces del 8 de febrero, según el cual la regulación del uso de las lenguas queda para el Senado. Si hubiera acuerdo con los nacionalistas, se abriría un conflicto con el PP ya que hay un pacto entre éste y el PSOE, según el cual ambos irán juntos en la reforma del Reglamento del Congreso.