Una exposición en Roma recorre el mundo desasosegante de Munch

El Complesso del Vittoriano de Roma acoge, hasta el próximo 12 de junio y entre fuertes medidas de seguridad, una exposición que recorre varias décadas de la trayectoria de Edvard Munch (1863-1944). Esta muestra del artista noruego está compuesta por 56 pinturas, medio centenar de piezas de obra gráfica y 27 fotografías.

En el Complesso del Vittoriano se exhibe una litografía de El grito (el original fue robado en Oslo el verano pasado), en el marco de una obra gráfica que refleja el pesimismo del artista, porque configura una especie de pinturas negras, aunque se traten de xilografías o aguafuertes. Esqueletos, vampiros y personas demacradas se alternan en esas obras para dar una sensación de inquietud en el visitante y, en cualquier caso, la idea de que no hay lugar para la esperanza, salvo en el aguafuerte de 1895 Beso.En los óleos se aprecia una parte impresionista, en especial en algunos paisajes y retratos, pero otros confirman la atracción de Munch por el drama, como en Desesperación o Virgen.

La exposición de Roma se realiza entre fuertes medidas de seguridad, dado que la obra de Edvard Munch ha sido en los últimos tiempos muy atractiva para los ladrones: el domingo pasado fueron robadas y recuperadas tres obras en Oslo, y aún no se han encontrado El grito y Madonna, robadas en agosto en el Museo Munch de la capital noruega.