El fuerte viento retrasa el desmontaje del edificio

Los técnicos municipales tuvieron que retrasar el inicio del desmontaje de la torre Windsor debido a los vientos que rolaban en la capital a más de 30 kilómetros por hora, según informó un portavoz del Ayuntamiento de Madrid. Eso no impidió que los trabajos continuaran con el refuerzo del subsuelo, de forma que esté listo para cuando empiece a ser despiezado el inmueble.

Según explicó el jefe del Departamento de Control de la Edificación, Emilio García de Burgos, la normativa vigente impide que los operarios trabajen en las grúas de gran altura cuando el viento sopla a una velocidad superior a los nueve metros por segundo (32 kilómetros por hora). "Tanto las previsiones meteorológicas como los anemómetros colocados en las propias grúas han detectado que la velocidad del viento es superior a la permitida", explicó García de Burgos.

Las ráfagas de aire, además, entrañan riesgo para los operarios que actúan desde una especie de cesta metálica colgada a gran altura de una grúa porque es la única forma de trabajar. Además, las tres enormes grúas que van a ser utilizadas en la demolición fueron plegadas sobre sí misma como medida de prevención, según informaron fuentes de la empresa Grúas Peninsular.

El viento provocó ayer que parte de la estructura metálica cayera al suelo, dentro del perímetro de seguridad. Algunos fragmentos de menor peso fueron hallados a varias decenas de metros del Windsor. El Ayuntamiento inició el pasado domingo la retirada de estos elementos con riesgo de desprendimiento, que continuará mientras las condiciones meteorológicas lo permitan.

En los últimos días ha sido reforzado el túnel de acceso al complejo Azca desde la calle de Agustín de Betancourt. Después fue reconocido el inmueble desde una de las grúas de gran tamaño.