Una verbena con techo
El Palacio de Ferias de Málaga acoge hasta el próximo día 4 de enero su primera muestra infantil

Ni el frío y menos las inclemencias del tiempo pueden ser una excusa para no visitar el parque de atracciones de 8.000 metros cuadrados que acoge durante estas navidades el palacio de exposiciones de Málaga. En su espacio expositivo se han instalado una gran cantidad de atracciones, con los saltos como denominador común, en las que grandes y pequeños pueden divertirse echando pulsos a la gravedad.
Un tigre hinchable de cuatro metros sostiene tumbado boca arriba una piscina llena de bolas en la que juegan pequeños de hasta cinco años, para ellos y con el aire como principal elemento insuflador de diversión, también hay una discoteca burbuja, un castillo en el que los tabiques son enormes lápices de colores o un dinosaurio naranja que protege rocódromos con toboganes, una isla Dinosalto e itinerarios repletos de obstáculos.
El jumper, las camas elásticas en las que el saltarín está sujeto por la cintura con un arnés elástico, y un simulador de vuelo son las atracciones más demandadas. De un lado ocho octógonos amarillos y azules sirven de punto de partida a las volteretas. El encargado de la atracción les coloca el arnés y elimina o añade gomas según el peso del usuario. En una de las camas elásticas hay una cola de cinco o seis niños. Observan como su antecesor pone cara de emoción mientras su padre trata de atraparlo en una cámara digital. Cuando termina su tiempo, el encargado de la atracción reduce la tensión de los hilos elásticos y el cabello del niño vuelve a su sitio.
Los mayores también se interesan por los saltos, hay cuatro camas elásticas para adultos y otras cuatro infantiles, pero prefieren atracciones más sofisticadas. Además de los ocho puestos para jugar a la PlayStation, el espacio cuenta con dos simuladores de vuelo, uno de un F18 y otro de un Eurofighter. "Son entrenadores de vuelo reales", explica el dueño de la atracción Alberto Díaz de Quintana. Los han colocado para que los no iniciados experimenten la sensación de aterrizaje o un piloto avanzado haga un recorrido entre dos aeropuertos. "Lo más sencillo es aterrizar, así que este es el programa que ponemos a la mayoría, la esencia es manejar el acelerador, el timón de profundidad y los alerones", comenta Alberto, que viste un mono de vuelo del Ejército del Aire. La atracción, con forma de avión, tiene una pantalla a la altura de la mirada del piloto en la que se controla la progresión del vuelo.
También juegan con los saltos, pero sobre pista, quienes practican baloncesto y balonmano en la cancha que Unicaja, patrocinadora de la feria, ha instalado en el edificio. "Tenemos tres canastas, una de basket, minibasket y otra para peques, en las que hacemos concursos de triples, tubol... además van a venir los jugadores del Málaga (4 de enero a las 13,30 horas) para que los chavales los conozcan y puedan firmarles un autógrafo", resume Francis Doncel, su responsable.
La feria está abierta todos los días de 12.00 a 21.00 horas, excepto el 31 de diciembre (10.00 a 14.00) y el 1 de enrero (17.30 a 21.30).
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