Alperi cede a las presiones de cuatro ediles próximos a Ripoll y modifica el modelo de contratación municipal

El alcalde de Alicante, el popular Luis Díaz Alperi, dejó ayer boquiabiertos a sus concejales cuando, fuera del orden del día de la Junta Local de Gobierno, desempolvó una carta que cuatro de los ediles de su grupo que le cuestionan le remitieron, hace semanas, para que modificara el sistema de contratación municipal. Estos ediles le acusaron veladamente de favorecer a determinadas personas en adjudicaciones municipales y le exigieron más transparencia "Vamos a tratar este asunto", dijo el alcalde por sorpresa. Díaz Alperi pidió a la concejal de Hacienda, Rosana Cremades, que elaborara una propuesta para modificar el sistema de contratación de las concejalías. Se trataría, a grandes rasgos, de restar competencias a las concejalías y dárselas la Junta de Gobierno, en aras de una mayor transparencia en la gestión.

Rosana Cremades, junto al portavoz del gobierno local, Pedro Romero, fue una de las firmantes de la carta que cuestionaba, fundamentalmente, adjudicaciones del departamento de Servicios y Mantenimiento. Esta concejalía la dirige Pablo Suárez, edil de la máxima confianza del alcalde que maneja una gran porción del presupuesto municipal.

Ese gesto del alcalde marca un nuevo tiempo en la crisis del gobierno local. Díaz Alperi, por primera vez, realiza una concesión a los ediles del sector que le cuestiona, sector que abandera el presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll. Y puesto que éstos descartan radicalmente una moción de censura y tibiamente la cuestión de confianza que propuso ayer la oposición, parece vislumbrarse ahora un gobierno de concesiones internas, muy preocupado de mantener el poder y con escasa energía para de defender el interés general.

El sector de José Joaquín Ripoll sólo ve una solución al litigio que ya está afectando a la gobernabilidad municipal: que Díaz Alperi "cumpla la promesa que hizo al partido antes de elecciones de dejar la alcaldía a Ripoll".

Pero Díaz Alperi, por el momento, no piensa abandonar el cargo y apuesta por la cohabitación con concesiones puntuales. Como la de ayer.