No más muertes de inmigrantes

De nuevo la muerte llega en pateras a nuestras costas. Cada vez son más los inmigrantes que, desafiando los peligros que entraña en Estrecho y arriesgando la propia vida, tratan de llegar a nuestro país.

No queremos ver más cadáveres flotando en el agua, arrojados en las playas por las olas; no queremos ver más cadáveres sacados del fondo del mar. Son seres humanos, que huyen de la miseria que viven en su país y buscan en otra parte una vida mejor para sus hijos.

El tema es complejo, requiere la colaboración de los países europeos y también de los países africanos. Pido a mi Gobierno que acabe con este drama.

La Ley de Extranjería ha resultado totalmente ineficaz. No se combate la miseria, el hambre, la desesperación de esta gente con un mayor control policial, con un sofisticado sistema de vigilancia o dando más altura a las vallas de las fronteras. Los inmigrantes no son delincuentes. Su único delito es ejercer el derecho que asiste a cualquier persona a circular libremente y elegir su residencia en el territorio de un Estado, como así lo reconoce el Artículo 13.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.