Los delegados increpan al cineasta Michael Moore

J. M. C.,

John McCain hablaba el lunes por la noche de Irak, defendiendo el argumento de que no había elección posible, que era o bien la guerra o bien "una amenaza mayor". "No dejéis que nadie os convenza de lo contrario; ni los que nos critican en el extranjero ni nuestros adversarios. Y desde luego que no lo haga un cineasta cínico que querría hacernos creer" -aquí, los delegados se dan cuenta ya de que el senador se refiere a Michael Moore y empiezan a silbar; McCain sigue a duras penas entre los abucheos dedicados al autor de Fahrenheit 9/11-, "que querría hacernos creer que el Irak de Sadam era un oasis de paz, cuando, en realidad, era un lugar de crueldad indescriptible, de cámaras de tortura, de fosas comunes y de cárceles que destruyeron las vidas de los jóvenes que estaban dentro".

Lo que no sabían los delegados, o por lo menos la gran mayoría de los que llenaban la pista y las gradas del Madison Square Garden, es que Michael Moore estaba allí mismo, acreditado por el diario USA Today -para el que escribe un comentario diario, igual que un columnista conservador hizo durante la convención demócrata- y que una cámara recogió sus gestos.

El orondo director, tocado con una gorra de béisbol roja, saludó riendo los comentarios de McCain, no dejó de carcajearse con los abucheos de los delegados y, cuando éstos empezaron a gritar "¡Cuatro años más!", él hizo la letra ele, de loser (perdedor) con los dedos de la mano.

Los silbidos seguían -porque la popularidad de Moore, que se ha traducido en una enorme asistencia de público a su película, tiene su contrapartida en el odio que le profesa medio país- y la representación del cineasta se mantenía, en ocasiones quitándose la gorra y saludando al respetable y siempre con una sonrisa de oreja a oreja, hasta que McCain retomó su discurso. El USA Today confirmó ayer que el cineasta ha decidido continuar escribiendo su columna sobre la Convención sin volver a pisar el Madison Square Garden.