El Valladolid golea en una jornada sin empates

La primera jornada de la Segunda división se caracterizó por dos aspectos: no hubo empates y un recién descendido, como el Valladolid, protagonizó la goleada del día al vapulear a domicilio al Alavés por 2 goles a 4. Murcia, Jerez, Tarrasa, Nástic, Tenerife y Eibar se impusieron en su territorio. No pudieron hacer lo mismo el Sporting de Gijón, que cayó por la mínima ante el Recreativo de Huelva; el Almería, víctima de otro descendido, el Celta de Vigo; Lleida, Pontevedra y el caso ya citado del los de Mendizorroza con los vallisoletanos.

El triunfo más agónico fue el del Tenerife ante el Elche, gracias a un solitario gol marcado por Antonio Hidalgo a falta de 6 minutos para lo conclusión del encuentro. Fue un falta lanzada desde fuera del área que tocó ligeramente en la barrera para confundir a Unanua.

En Barcelona, el encuentro entre el Tarrasa y el Salamanca tuvo que ser supendido durante nada menos que 55 minutos, cuando se cumplía la primera media hora de partido, a causa de una impresionante tormenta. El conjunto local se adelantó en el marcador nada más reanudarse el choque. La ventaja en el marcador y la expulsión, ya en la segunda mitad, de David Cano por una dura entrada a Molist facilitó aún más el camino de los catalanes, que tuvieron tiempo de marcar otros dos goles más y sumar sus primeros tres puntos.

El Sporting, fiel a su tradición, se estrenó con derrota en el primer partido de la temporada. Su rival, el Recreativo de Huelva no tuvo que despeinarse para regresar a casa con la victoria. Sólo un apunte que demuestra la inoperancia de los asturianos: su primer remate a gol no se registró hasta llegado el minuto 23 del partido. Roberto fue el único sportinguista que se salvó del mal juego, ya que sus intervenciones evitaron que la derrota de su equipo fuera aún más abultada.

El Lleida no pudo disfrutar de su regreso a Segunda al perder su primer partido de Liga por 1-2 ante el Racing de Ferrol. Los gallegos supieron aprovecharse de los dos penaltis que fueron señaladaos a su favor. Los catalanes pagaron caro los nervios para intentar agradar a su afición.