Nuevos ricos
Los ricos también crecen. Sobre todo en Hong Kong, en la India y en España. Son datos de un informe realizado por el banco Merrill Lynch y la consultora Capgemini sobre el reparto de la riqueza en el mundo. En total, a lo largo del año 2003, se han censado casi ocho millones de ricos, un 7% más que en 2002. La proverbial discreción de los magnates nos induce a pensar, sin embargo, que en la lista del banco Merrill Lynch, aunque sean millonarios todos los que están, no están todos los que son obscenamente ricos. Da lo mismo. Lo importante es que la especie, al menos de momento, no corre peligro de extinción. El tío Gilito puede estar tranquilo: los descendientes de Epulón siguen reproduciéndose tan ricamente.
En el último año de la era aznarista, los millonarios crecieron en España nada menos que un 18%. Una herencia repleta de nuevos ricos que nadie puede discutirle al equipo económico del anterior Gobierno. Son 129.000 contribuyentes (algunos de los cuales a lo mejor ingresan en las listas de listos de Solbes) cuyo patrimonio supera el millón de dólares. No son ricos del todo, al menos según el criterio del viejo Paul Getti, porque aún pueden contar su dinero, pero seguramente están en ello y acabarán perdiéndolo de vista en algún paraíso fiscal. Muchos de estos nuevos ricos, además, han logrado amasar sus fortunas mediante la especulación inmobiliaria, que es una vía rápida y segura para entrar en las listas del banco Merrill Lynch.
De todos modos, los nuevos ricos tienen una injusta mala fama. Los miramos por encima del hombro y por debajo de su propio dinero, sin perder ni un segundo de vista al pobre que habitaba hasta anteayer debajo de sus trajes y al que no es fácil desahuciar de inmediato. A poco que se escarbe, las fortunas más rancias tienen unos orígenes oscuros. Sin ir más lejos, el famoso Marqués de Comillas, mecenas pontificio, se hizo rico traficando con esclavos negros. Lo malo del dinero, según dicen y parece probado, no es que esté en pocas, sino en malas manos. ¿Quiénes y cómo son los nuevos ricos rusos? Basta darse una vuelta por Marbella para hacerse una idea de su fealdad. ¿Cómo serán los nuevos ricos de India? Dicen que para conocer la opinión que Dios tiene del dinero, sólo hace falta mirarles a la cara a quienes lo poseen. Entre esos 129.000 nuevos ricos españoles habrá de todo un poco, incluso buena gente y lectores de Paulho Coelho, no lo dudo. Incluso -quiero creerlo- contribuyentes que no se merecen figurar en las listas de Solbes por el hecho de ser nuevos ricos. La mayoría somos y seguiremos siendo viejos pobres.
La falta de dinero, en todo caso, no es ninguna garantía de pureza. La experiencia nos dice que es posible empobrecer a unos cuantos ricos, pero que es radicalmente imposible enriquecer a todos los pobres. Se lo puede explicar Lula da Silva a quien quiera escucharle.
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