Los inmigrantes piden el cese de las expulsiones y anuncian más protestas

Continuando con el pulso que mantienen con el Gobierno central, los inmigrantes que el pasado fin de semana se encerraron en la catedral de Barcelona volvieron a manifestarse ayer por el centro de la ciudad hasta llegar a la iglesia de Santa Maria del Pi, donde el párroco les permitió celebrar una nueva asamblea.

Con más calma que en días anteriores y sin la tensión que presidió el encierro del pasado sábado, los inmigrantes no dejaron de corear el famoso lema "papeles para todos" ni de pedir que cesen las expulsiones. También anunciaron nuevas protestas. Pero esta vez la consigna estaba clara: nada de encierros hasta ver qué hace el Gobierno para afrontar el problema del millón de sin papeles que residen en España.

Siguiendo esta llamada a la calma, los inmigrantes entraron poco después de las siete de la tarde en la iglesia del Pi, esta vez sin pancartas ni gritos, y cuidando bien las formas. "Silencio, por favor", rogaba un improvisado servicio de orden dispuesto en la entrada. Entidades como las Juventudes Obreras Cristianas aplaudieron la iniciativa del párroco de Santa Maria del Pi, Gaietà Casacuberta, de permitir la reunión en su iglesia.Esta organización denunció "el maltrato" que se dio a los inmigrantes "dentro de la catedral de Barcelona, símbolo de la Iglesia diocesana", con la utilización de "la fuerza policial para oprimir a los más desfavorecidos", personas que "piden un reconocimiento de su dignidad". La única condición que puso la parroquia para celebrar la asamblea en sus dependencias fue que las abandonaran tras la reunión, tal como sucedió poco antes de las once de la noche. En la asamblea pidieron que se abran los registros municipales para su inscripción y que la oferta de trabajo no sea la única vía de regularización.

El subdelegado del Gobierno en Barcelona, Eduard Planells, había advertido de que si se encerraban con oposición del propietario del edificio tendría que "actuar". La portavoz de los inmigrantes Norma Falconi dijo antes de entrar en la iglesia que no tenían "intención de encerrarse" y que respetarían la jornada de reflexión de hoy.Durante la asamblea, los inmigrantes discutieron qué reinvindicaciones plantearán en la reunión que sus representantes celebrarán el próximo martes con Eduard Planells. Éste se avanzó ayer a algunas de las demandas que piensan plantearle y se refirió a los 17 inmigrantes que salieron de la catedral con una orden de expulsión en la mano. Planells aseguró que estudiará 'caso por caso' estos expedientes de expulsión con el objetivo de 'ver si estas 17 personas estaban en los alrededores de la catedral porque fueron objeto de un engaño'. En cualquier caso, afirmó, los expedientes 'se resolverán conforme a la normativa'. En la Delegación del Gobierno se sigue pensando que los inmigrantes que se encerraron fueron mal asesorados por unos líderes de la Asamblea para la Regularización sin Condiciones a quienes ni siquiera consideran representativos de los sin papeles. Estos dirigentes son los mismos que encabezaron los encierros de febrero de 2001 y la protesta de los inmigrantes subsaharianos en el verano del mismo año, que acabó con la expulsión de la mayor parte de éstos. Por este motivo, el subdelegado del Gobierno se reunió ayer con los responsables del área de inmigración de UGT y Comisiones Obreras. El encuentro con la Asamblea para la Regularización sin Condiciones, integrada por la CGT y unas 70 organizaciones alternativas, tendrá que esperar hasta el martes. Planells lo dejó claro en un encuentro con los periodistas a primera hora de la mañana: 'La asamblea no es nuestro principal interlocutor en materia de inmigración'.