Un ciclo revisa en San Sebastián la obra completa del cineasta Marc Recha

Marc Recha (L'Hospitalet, 1970) es un bicho raro en la cinematografía española. Hace cine sin efectos especiales, sin maquillaje, sin luz artificial y sobre guiones que se reescriben durante unos rodajes condicionados por la relación entre los miembros del equipo. "Hacer cine sigue siendo para mí una gran aventura humana", dijo ayer en San Sebastián en la presentación del ciclo Nosferatu que revisa su obra completa. El pase de seis de sus ocho cortos -entre ellos, El zelador, La maglana y És tard- y de la película El cielo sube (1991) abre hoy el programa en el Principal.

"Recha es un cineasta con una mirada particular: apasionante para unos y discutible para otros", explicó ayer el responsable de cine de Donostia Kultura, José Luis Rebordinos. "Por eso le dedicamos este ciclo" y un monográfico de la revista homónima.

Hasta fin de mes se proyectarán todos sus trabajos. El 16 de junio, El árbol de las cerezas, tras los cortos L'escampavies y Sobre el pas de dues persones unes anys mes tard; el 23, Pau y su hermano y el 29, Las manos vacías. Son películas para un público "de salas de versión original, para un público apátrida, que es el mismo en Francia que en España", dice el cineasta. Dos de ellas han podido verse en Cannes, porque Recha gusta más en el país vecino. "No hay que olvidar que tiene más capacidad económica para apoyar el cine".