Demoliciones como castigo

Amnistía Internacional (AI) denunció ayer que la destrucción injustificada por parte de Israel de miles de viviendas palestinas y árabes, así como vastas extensiones de tierras agrícolas, ha alcanzado niveles sin precedentes. En los últimos tres años y medio, el Ejército israelí ha demolido más de 3.000 viviendas, dejando a decenas de hombres, mujeres y niños sin hogar o sin medios de vida, según Amnistía.

En el informe titulado Israel y los territorios ocupados: bajo los escombros, que Amnistía hizo público ayer, la organización de defensa de los derechos humanos afirma que en esos territorios se llevan a cabo frecuentes demoliciones como castigo colectivo por los atentados palestinos o para facilitar la expansión de los asentamientos ilegales israelíes. Ambas prácticas contravienen el derecho internacional, y algunos de estos actos son crímenes de guerra.

A su vez, el director de la Sección Española de AI, Esteban Beltrán, pidió al Gobierno del PSOE que cese la venta de armas a Israel, después de que España haya vendido armamento a este país por valor de 14 millones de euros. Beltrán aseguró que después de que el anterior Gobierno "admitiera que había comercio de armas", el nuevo Ejecutivo socialista "tiene la oportunidad de acabar con la venta de armamento" que se usa para cometer "graves violaciones de los derechos humanos".