Pasión

Viernes de pasión y Andalucía entera huele a incienso y mira al cielo, por la lluvia. Una semana de recogimiento y a la espera de reiniciar la actividad pública y política, con cambios y sorpresas no desveladas. Quienes conocen en profundidad a Manuel Chaves, y son muy pocos, dicen que su futuro gobierno lo tiene decidido desde hace tiempo y que estos días de descanso los utilizará para perfilar algunas estrategias y escribir su alocución en la Cámara andaluza el 20 de abril. Irá muy en la línea de la nueva política, como si no hubiera alcanzado la mayoría absoluta.

No habrá sorpresas en su Gobierno. Tan sólo, quizás, en la persona que asuma las tareas de la gestión económica, de gran capacidad de diálogo, negociador y que en Madrid sea visto con solvencia. La Consejería de Turismo tiene muchos novios(as). Es la imagen amable de la gestión, algo que exprimió hasta la última gota los políticos del PA.

A propósito, circula un documento muy comprometedor para Antonio Ortega y su equipo con informes sobre la promoción en China y la posible estafa de centenares de miles de euros (historias para no dormir); el viaje sin sentido a los Mundiales de fútbol de Corea y Japón y algunas adjudicaciones poco claras, a tenor de lo escrito. Esto no debe, porque no sería justo, enturbiar la buena gestión realizada por el PA en Turismo y la razonable gestión de un elevado presupuesto. Es, precisamente, la otra Consejería que tiene más novios. A nivel orgánico el partido socialista en Málaga ya ha hecho llegar a Chaves su propuesta.

Y en esta semana, reflexión profunda en el seno del PP andaluz. Va a necesitar de toda su capacidad de mando Javier Arenas para que no se levanten las mesnadas, sobre todo en Almería, Granada y Jaén. El biperdedor Arenas lo tiene muy difícil. Tan pegado está al estilo aznarista que le impide preguntarse (lo mismo que al PP) cuáles son las razones del rechazo tan radical que tiene este partido en Andalucía.

Rojas Marcos, quien llamó a los andaluces a echarse a la calle si ganaba Chaves con mayoría, ha enseñado los dientes. Y cuando Alejandro hace ese gesto, ya se sabe: habrá sangre. Viernes de pasión.