Aznar insinúa que Jacques Chirac es un mal gobernante para Francia

Cincinnatus [dictador romano que se retiró a su granja] y el emperador Carlos V son los dos ejemplos que le vienen a la mente al presidente José María Aznar cuando se le pregunta qué otros políticos optaron por abandonar el poder cuando podían seguir ejerciéndolo.

El diario francés Le Monde publicó ayer una entrevista con Aznar en la que éste da también a entender que el presidente francés, Jacques Chirac, es un pésimo gobernante. "Los líderes que se necesitan son aquellos que tienen ideas y convicciones", afirma Aznar. "Caer simpático, ¡una tontería!", añade. "No hay nada peor que un líder simpático que sea un mal dirigente". Los entrevistadores preguntan a continuación al presidente español si están pensando en Chirac. Aznar les contesta: "Jacques Chirac es un jefe de Estado muy simpático y que posee mucha experiencia".

El presidente del Partido Popular explica, además, su contribución a la modernización de la derecha francesa. "Estuve en la fundación de la Unión para la Mayoría Presidencial [la formación que apoya a Chirac] y les di la receta: un equipo, un partido unido y un proyecto", recuerda. "Lo importante es que cada uno pueda identificarse con un mismo proyecto y con un único líder". "Es lo que hizo el PP en sus orígenes".

Si la derecha francesa no logra ponerse al día, tampoco la izquierda europea se caracteriza por sus éxitos, según Aznar. "Hubo una crisis después de la caída del muro de Berlín y otra después del 11 de septiembre", explica. "La izquierda no ha superado ni una ni otra, con la excepción de una sola persona, Tony Blair", líder del laborismo británico.

España no es una excepción. "El problema es que aquí la izquierda es un verdadero desastre", se lamenta Aznar, "hasta el punto de querer provocar desde la calle la caída del Gobierno, que no lograba en las urnas, organizando manifestaciones contra la guerra en Irak".

Modelo norteamericano

Para Aznar, el modelo socialdemócrata no ha sido bueno para Europa. "No hay motivo para alardear de un modelo que produce millones de parados", sostiene. "Mi modelo social es el crecimiento, el empleo, la flexibilidad, la garantía de un porvenir y la igualdad de oportunidades".

Las pautas que propone Aznar se asemejan bastante a las de EE UU. "No nos podemos quejar a diario del sistema norteamericano y tener menos crecimiento, ser menos flexibles, menos competitivos y crear menos empleos que ellos", afirma. "Dejemos ya de quejarnos y superémosles". "Cuanto más competitiva sea Europa más peso tendrá en el mundo".

Aznar arremete, por último, de nuevo contra la reivindicación de Francia de lograr una "excepción cultural" para que no se imponga, también en ese ámbito, el modelo norteamericano. "En un mundo global no entiendo a dónde se quiere llegar con eso", concluye.