Sobre Haití

Es una lástima que Haití haya sido noticia diaria desde hace un mes, sobre todo porque los hechos terribles de este mes pudieran haberse prevenido si hubiera habido una mejor opinión pública sobre la condición del país más pobre de América.

El 12 de enero de 2003, EL PAÍS nos publicó a Paul Farmer y a mí un artículo, "Castigo a los más pobres de América", en el que explicamos la actitud siniestra de la Unión Europea y de los Estados Unidos con respecto a Haití, y cómo la ayuda prometida tras el golpe de Estado de 1991 a 1994 no llegó a desembolsarse.

La Unión Europea decidió congelar la ayuda a Haití el 29 de enero de 2001, y no tras los incidentes del 17 de diciembre de 2001, tal como informa su corresponsal en Haití.

Su corresponsal también informa que "Aristide, el cura de los pobres, se fue ayer con riquezas suficientes para un exilio dorado". Aristide y su mujer fueron esposados a punta de pistola el domingo de madrugada por un grupo de marines y, sin tiempo de efectuar una llamada, se los llevaron al aeropuerto con rumbo a África. Está por demostrar que Aristide hubiera amasado riquezas y que se las llevara.

Sería importante para un diario como EL PAÍS no entrar en el juego de la desinformación y atenerse a publicar hechos comprobados en vez de rumores injustificados.