Bodipo vuelve a ser el verdugo del Valladolid

Tuvo que ser la jugada soñada la que decidió el encuentro a favor del Racing. Si Neru y Bodipo lo hubieran planeado no les habría salido tan perfecto. Neru hizo el cambio de juego de su vida, de izquierda a derecha, y el sevillano Bodipo uno de los mejores controles que se le recuerdan, para anotar el gol del triunfo cántabro. Bodipo volvió a ser el verdugo del Valladolid. En Zorrilla ya le había hecho esta temporada dos goles.

Lo cierto es que pese al gol tardaron en aparecer los aplausos en El Sardinero. Racing y Valladolid venían de una mala racha de tres derrotas consecutivas. Las únicas ovaciones de la primera mitad fueron para Nafti, como premio de la afición cántabra al campeón de la Copa de África, y a Tonetti, el payaso santanderino muerto recientemente.

El Valladolid, ordenado, tocando y tocando, no pasaba apuros. El Racing, descontrolado, provocaba los silbidos de la grada por sus desaciertos.

Hasta que los aficionados empezaron a silbar, el Racing buscaba, sin hallarlo, su creador en el brasileño Anderson Silva. Su depurada técnica era demasiado exquisita y lenta para lo que requería el choque. El equipo castellano estaba tranquilo. Siendo Óscar y Sales sus hombres más imaginativos. Hasta siete ocasiones creó el Valladolid, pero sólo una llevó cierta inquietud al portal de su ex guardameta Ricardo. Los rechaces eran siempre para el Valladolid y los desaciertos en el pase para los cántabros.

El Racing dejaba jugar y elaborar demasiado y Alcaraz rompió el esquema en el descanso. Apostó por el dueto Bodipo-Guerrero y le salió bien. Antes ya estuvo Nafti cerca de romper el travesaño al saque de una falta. También Bodipo golpeó el lateral de la red en una veloz contra.

Para asegurar el éxito local, en un segundo periodo de más jugadas aisladas que continuadas, los racinguistas se vieron obligados a sufrir. Primero Ricardo dibujó el paradón de la tarde en un cabezazo a bocajarro del mejor vallisoletano, Óscar. Y en el minuto final no se repitió, por muy poco, la conocida historia de gol en contra del Racing al límite del tiempo: Cardetti, dentro del área pequeña, cabeceó, sin nadie que se lo impidiera, muy desviado un balón que era cosa de niños meterlo en el portal de Ricardo.