El alcalde y la educación
La semana última de enero ocurrió en Ayamonte (Huelva) un hecho digno de resaltarse en el ámbito de lo educativo. Un padre, disconforme con la medida tomada por el equipo de profesores del instituto en el que se encuentra su hijo, acude al señor alcalde de Ayamonte, don Rafael González González, para pedirle que medie y sirva de medida de presión a los profesores, y de esta manera éstos se retracten de su decisión de expulsar a su hijo del centro. Acto seguido, el señor alcalde llama a la dirección del centro y le dice que no debe expulsarse tanto del centro y que se reconsidere la expulsión.
Cualquiera que pertenezca al mundo de la educación (y cualquiera con sentido común) no puede por menos que quedar perplejo ante tamaña intromisión en el quehacer profesional de unos profesionales que, dicho sea de paso, cada día tienen menos credibilidad, autonomía, respaldo y hasta me atrevería a decir que dignidad.
Se imaginan ustedes que ante un desacuerdo con el tratamiento que me diera el médico, yo acudiese al señor alcalde para que éste convenciera al médico y le dijese que se encuentra equivocado en su diagnóstico?
¿Conoce el señor alcalde el reglamento de nuestro centro? ¿Aparte del día que vino a hacerse la foto con el señor delegado, se preocupó llamando cuando hubo problemas de vandalismo durante dos semanas de noviembre?
Los profesionales de la enseñanza estamos pasando malos tiempos, la educación está pasando por horas bajas gracias a unos políticos para los que el mundo de la enseñanza sólo les sirve si les puede aportar algunos votos.
El señor alcalde, que tanto presume de conocer Europa, ¿se imagina a un alcalde de Francia, de París, llamando al director para que reconsidere una decisión disciplinaria? ¡Esto es una barbaridad! ¿Cuánto tiempo va a durar esta degradación del mundo de la enseñanza?
Y tampoco nos olvidemos del padre que acude al señor alcalde para que presione a los profesores. De tal palo, tal astilla.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
La UE pacta las cuotas de pesca de 2026 (y esto podría afectarte más de lo que imaginas)
Más producción, más riqueza… y un reparto cada vez más desigual
Miniguía para seguir las elecciones de Chile y comprender por qué juegan un papel crucial en el país
La Complutense resiste como puede: así sobrevive con un 35% menos de presupuesto
Lo más visto
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- Los 50 mejores libros de 2025
- Rusia eleva la presión sobre la UE con una demanda para evitar que financie a Ucrania con sus activos congelados
- El jefe de la misión de rescate de María Corina Machado: “Fue una de las operaciones de mayor riesgo en las que he participado”




























































