La variante sur de Lleida debe ser reparada a los cuatro meses de su inauguración

La variante sur de Lleida, inaugurada con muchas prisas por el anterior Gobierno de la Generalitat en vísperas de las últimas elecciones autonómicas, apenas ha resistido cuatro meses. La empresa constructora deberá sustituir ahora el asfaltado de la carretera a causa de un defecto que provoca vibraciones y falta de adherencia a los vehículos. El PSC de Lleida considera "vergonzoso" que la vía tenga que ser reformada cuatro meses después de entrar en servicio y exige responsabilidades políticas.

La construcción de esta vía, de 4,2 kilómetros, ha estado envuelta en la polémica desde el inicio. Se diseñó para circunvalar la ciudad por el sur y conectar de forma más rápida los polígonos industriales del Segre y Els Frares, y los barrios periféricos de La Bordeta, además de mejorar los enlaces con carreteras tan importantes como la autopista AP-2, la N-240, la L-11 y la autovía.

Todas las instituciones locales y la patronal del transporte reclamaron que la variante tuviera dos carriles en cada sentido, pero la Generalitat, desoyendo incluso un acuerdo del Parlament, no consideró necesario su desdoblamiento alegando que los flujos de tráfico no superarán los 15.000 vehículos diarios en muchos años.

Por este motivo, ninguna autoridad acompañó al séquito de CiU en el acto de inauguración oficial, celebrado el pasado 16 de noviembre con casi seis meses de retraso. Lo más lamentable de esta carretera, que costó 13,6 millones de euros, fue que se acabó a medias, lo que ha motivado en estos cuatro meses de funcionamiento innumerables protestas de los usuarios porque no es una vía rápida. El nuevo consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, se comprometió la semana pasada a terminar los enlaces de la variante sur con las restantes vías que pasan por la zona y a desdoblarla cuando la intensidad del tráfico lo requiera.

Sustituir el asfaltado

El último episodio polémico se ha producido esta semana al detectar en la vía defectos de construcción que obligarán a sustituir la capa superior del asfaltado en todo el trayecto, ya que las ondulaciones aparecidas en el firme afectaban a la estabilidad de los vehículos. La empresa constructora ha minimizado el problema y lo ha atribuido a pequeños defectos de ejecución en el momento de extender la última capa asfáltica.

El PSC de Lleida entiende que éste es un ejemplo más de la "nefasta política de infraestructuras" llevada a cabo por el Gobierno de CiU. En un comunicado hecho público ayer, los socialistas consideran que una irregularidad que afecta a un tramo importante de vía no puede ser considerada pequeña. "Habrá que pensar", añade la nota del PSC, "que existe alguna responsabilidad política, ya que la vía presenta un perfil diferente al de una carretera acabada, inaugurada con más de seis meses de retraso y en condiciones diferentes a las reivindicadas por el Ayuntamiento de Lleida y el Parlament."