La Seguridad Social cierra una de sus sedes por emanación de gases

La Tesorería General de la Seguridad Social ha cerrado cautelarmente su oficina situada en la calle de San Romualdo (distrito de Ciudad Lineal) por emanaciones de gases que, según los empleados, "son tóxicos". El pasado jueves, a primera hora de la mañana, todos los trabajadores (alrededor de 100) y los usuarios que en ese momento estaban allí tuvieron que evacuar el edificio a causa de "los fuertes olores", afirma María del Carmen Machín, coordinadora del centro. "Con vómitos y mareos", según la junta de personal. El Samur tuvo que atender a una persona.

No es la primera vez que esta oficina tiene que ser clausurada por el mismo motivo: permaneció cerrada varios días en los meses de junio y julio. En aquellas ocasiones, aseguran los funcionarios, también hubo intoxicados.

Desde su apertura, en enero de 2003, los trabajadores se han quejado de "fuertes olores". Según Ignacio Galán, delegado de la junta de personal por CC OO, el origen de las emanaciones es una fosa séptica en la que se producen "vertidos" por parte de alguna de las más de 50 empresas de artes gráficas que tienen sus instalaciones en el mismo edificio.

Un informe de la Inspección de Trabajo, solicitado por la junta de personal, confirmó en octubre de 2003 que el problema de la fosa, efectivamente, existía. Sin embargo, varias empresas han realizado mediciones de los niveles de toxicidad en la oficina, pero no encontraron que fueran "perjudiciales". Galán da una explicación: "Los niveles no están siempre altos, sino sólo cuando se producen los vertidos".

Mareos y dolor de cabeza

Carmen Otero ha pasado, en el último año, más tiempo de baja que trabajando en su puesto de la oficina de San Romualdo por sufrir vértigos y mareos. Su problema en el oído ha agravado lo que en sus compañeros se presenta como frecuentes dolores de cabeza, no sólo por los olores, sino también por el ruido procedente de una imprenta aledaña.

"Es una situación de estrés continuo. El público entra y sale, pero nosotros estamos allí todo el día", se queja Otero. Los trabajadores llevan incluso un listado de los síntomas que padecen, señalando el día y la hora: sarpullidos, irritación de los ojos...

Se quejan también de la falta de atención por parte de la Tesorería y de "presiones" para que no den publicidad a este asunto, según relató María del Carmen Machín ayer, junto a algunos de sus compañeros reunidos a la puerta del edificio. Sin embargo, una portavoz de la Tesorería asegura que no sólo han hecho los estudios -"que dijeron que no había riesgo"- sino que se han puesto "varias denuncias, tanto ante la comunidad de vecinos del edificio como ante el Ayuntamiento de Madrid".

La oficina permanecerá cerrada hasta que concluyan los estudios que tendrán que decir si esos gases son tóxicos o no. Entretanto, sus empleados han sido recolocados en diferente sedes.