Pinchazo de los planes sobre Internet

La política tecnológica ha sido errática y sin fortuna. En el año 2001, Aznar presentaba un plan trienal, Info XXI, para acercar España a las cifras de aprovechamiento de la tecnología de la Unión Europea. Era un agregado de partidas que sumaban 825.000 millones de pesetas de entonces y que, en parte, debían aportar las autonomías y el sector privado. Ni tan siquiera se ejecutó totalmente y, en abril de 2003, la comisión para estudiar un nuevo plan pidió "un golpe de timón". El plan España.es, que debe enmendar errores del pasado, ha sido tachado de insuficiente por la patronal Sedisi. En octubre de 1996 había en España 526.000 internautas. En octubre de 2003 se rozaba los 10 millones (27,8%). Un crecimiento insuficiente para cazar a los más prósperos países europeos. El déficit de banda ancha ha sido aliviado por el boom del ADSL (1.670.000 abonados), cuya velocidad real no alcanza a las promesas. Los Gobiernos de Aznar han sido prolíficos en legislar, pero la realidad no ha obedecido al BOE. En 1999 se reguló la firma electrónica que ahora otra ley intenta hacer realidad. La más polémica es la ley de Internet (LSSI), cuya imprecisión técnica ha creado confusiones. Lo más positivo: el acceso telemático ciudadano a la Agencia Tributaria. Un modelo de Internet útil. Eso sí, esta pionera experiencia de e-administración esté asociada a deberes fiscales.