Un guardia civil, herido de extrema gravedad en Irak

Gonzalo Pérez García, comandante de la Guardia Civil, de 42 años, asesor de la Brigada Plus Ultra II destacada en Irak, recibió ayer un tiro en la frente cuando perseguía junto a dos policías iraquíes a supuestos guerrilleros en Al Hamza, un pueblo situado a 40 kilómetros de la base principal de las tropas españolas. El agente, especialista en balística e intervención de armas, fue intervenido durante seis horas en un hospital de Bagdad. Uno de los cirujanos declaró a EL PAÍS: "Su situación es irreversible. La bala está alojada en el cerebro y no se puede extraer".

El comandante de la Guardia Civil había expresado días antes a este periódico su preocupación ante la falta de seguridad en Irak: "Hay demasiadas armas fuera de control". Ayer participó de madrugada en una "operación antiterrorista", según Defensa, junto a dos secciones de soldados españoles y 90 policías iraquíes que registraron una vivienda cuyo propietario era sospechoso de apoyar los ataques que sufren las fuerzas de la coalición.

La operación finalizó sin que las tropas hallaran nada relevante. El comandante Pérez García se quedó junto a dos policías iraquíes cumplimentando los últimos trámites del registro.

En ese momento, cuando el resto de las tropas había abandonado ya el lugar, llegó un vehículo ocupado por varias personas que, al darse cuenta de que la casa estaba ocupada, escaparon a toda velocidad. El comandante español y los dos policías iraquíes salieron en un coche tras los que huían. Los fugados les dispararon con armas automáticas. El comandante Pérez García recibió un tiro en la frente y uno de los dos policías iraquíes resultó herido en una pierna.

Tras ser sometido a una craneotomía en el mejor hospital estadounidense de Bagdad, la situación del comandante de la Guardia Civil era "estable dentro de la máxima gravedad". "El nivel de riesgo para su vida es muy acentuado", aseguró anoche el Ministerio de Defensa.